HE AQUÍ mi anécdota
Si me dieran a escoger por esta tierra
humillada sus cuatro puntos y ríos
y la gente de la vía bajo los edificios
puntiagudos y sus poetas como viejas
cucarachas ascendiendo por la torre
de sus vanidades y aquel tombo que pide
la cédula a las puertas de la estación Plaza Venezuela
quemando números en la suerte de su pistola
Si me dieran a escoger
de pasada no cabe duda
que prefiero arrearle un puñetazo en la nariz
a quien pregunta semejante descompuesto
Prefiero tener una venta de hot dog
a un lado del stadium
o ser gerente de un estercolero de chivo
en el desierto de Coro
Fabla del momento
evito tu elegía
Son mis años no los tuyos
ya no voy al cine
recuerdo que en la época pasada
John Wayne me caía muy mal
No lo puedo olvidar
nunca tuvo un revés
murió en la batalla de El Álamo
abandonado por Richard Widmark a la sombra
de un sicomoro
y resucitó en Río Bravo
sin sus muelas de oro
Dick se las robó poco antes de morir
Mamá nunca te dije madre puro adorno
nomás ¿comprendes?
Sin sentirme héroe de ninguna desgracia
ni poeta de los míos
cuando en las brasas arde por un día
de labor
olla sin nada el esqueleto de un pez podrido
Voy ordenando mi sueño en las altas rejas
del sitio que da nombre a esta tierra.
A modo de payaso sin empleo
fuera de la gran carpa del cielo
me sostengo en el abismo de las palabras
que llevo como romance de patria
bajo mi lengua
***
NO MÁS milagro de los panes
Te fuiste
aquí seguimos montados en el caballo
enceguecidos por las habitaciones
buscando las puertas
donde guardabas los pájaros
¿Vuelan aún sobre tus torres?
¿Te rompiste como tren de lata?
Mira me pongo sentimental
llevo en mis hombros
tus huesos niños de 1923
y un arrepentimiento de lobo escondido
en el patio
De sitio en sitio
con las alas rotas, el pico quebrado
mendigo de mí mismo
comprendo el dolor de mi tribu
Te miento, me mientes, por hacerte reír
me burlo de tus doctores:
aquel se parece a Agustín Lara
a esa primero le llega la lengua
a un lugar
que el resto del cuerpo
aquel otro, este otro y ese
deberían entregarse al zoológico de Caricuao
la enfermera del lunar
baila can-can de noche en la sala de los locos
Me río te ríes
Fatuas maromas
y la sangre es poca y la muerte es perpetua.
***
EN LA ESTACIÓN de su corazón
y para siempre
hablaba como desde un radio.
Yo cerré fuerte la boca
y mire a un lado imaginándome
al plasma perro desordenando su cuerpo.
Y los doctores quebrándose el coco
«Quizás en el 2000 sí arreglaríamos
este bello ejemplar
pero hoy es plaza tomada».
Y mis hermanos hablaron de brujos
y de llevársela a casa
para ponerla a comer monte sagrado.
Y la habitación que le reservamos
quedó como un estadio de fútbol vacío.
Y vino la navidad y quedamos arrinconados
cogiendo palos en el ángulo de un recuerdo.
Y nos vemos en la piedra tatuada del almanaque.
Hasta siempre.
En la hora nimbada de los vientos que regresan.
***
IGUALITO a Jack Lemmon
en Días de vino y rosas
me levanto
y busco la última botella
de ron
entre los helechos.
Vuelto añicos
En los primeros vidrios del día
contemplo
el rostro ido de mi madre muerta
y a tu voz desde la habitación
que me dice:
«No serás Rimbaud en la Comuna».
«No serás John Keats
Metiéndole fuego a la muerte».
«Ni el gran Ted Williams y sus tres coronas
de bateo bajo el juego de luces
del Fenway Park».
—Como ofidio manso repto por la casa—.
Desnudo como Nabucodonosor
comiendo paja por todo el apartamento
me encierro en el balcón.
Habito y hablo con las bestias
de reyes perdidos.
***
HOMENAJE AL CINE
Muerto Bogart, Gable, Garfield y Cooper
entregado el cuerpo de mi madre a las plantas
ornamentales
idos los meses de la sequía
retiradas las olas y el sol de cuello rojo
surgen indiferentes los climas imprevistos
las jadeantes rutas de sangre y ocio
en el brindis por lo nuestro.
***
PENA CON PENA retrocedo un paso.
Estás vestida con traje de boda 1940.
Han estallado en el aire los primeros zepelines.
Mi papá alto y flaco como palo de billar
lentes tipo Harold Lloyd sube a su bicicleta
y entrega casa por casa los primeros telegramas
de la Gran Guerra toma sus heladas espumosas
en la cervecería Donzella El espectro del general Gómez
Juan Vicente cuelga los guantes
sobre el tranvía de Gradillas la Muerte huía a caballo
por los corredores de Miraflores.
Vieja mentirosa te esperaba cuarenta años después
para atarte a sus grillos en una cama
del Clínico de la Ciudad Universitaria.
Con una gran bola de acero
habían derribado el Majestic el balcón donde
Carlitos Gardel
te cantaba con Betty, July y Mary cabello de tinte
amarillo como
rubia de New York Esto lo escribí como joven poeta
y en el circo me creyeron
Estamos en 1940 risueña y feliz muchacha de Aries
el cangrejo que alimentó tu estómago
no era ni siquiera una lámina de cobre.
***
MODAS
Soy un poeta pasado de moda.
Así me nombra el crítico en su hablar
de costurero.
En este verano seré como un papagayo
bajo la lluvia, correrán por la pasarela
vampiros y bestiarios.
La chaqueta se llevará con doble llave de
corazón,
terciopelo hermético y ola marina, avecica de fino hule.
El cielo de Caracas será un pobre cielo
que no valdrá la pena ni nombrarlo.
Las poetisas serán tomadas en cuenta, pero
sólo empujarán la carreta de los bueyes
sobre los periódicos.
Aquellos ojos verán la inhóspita tierra donde
pobreriza un país como vergeles colgantes
de califas y doncellas.
No tendré un país, sino un terreno baldío
donde un gallinazo intenta su vuelo atado
a unos nudos de madera.
No asaltarán ni matarán frente a una
estación de gasolina o carro abandonado.
Y si sucede dirán, mal gusto el de esa gente
que no murieron pinchados por una rosa de sus
rosales.
Piedra negra sobre piedra blanca, preguntarán
por nosotros. No habrá respuesta.
Se aconsejará vivir en una burbuja de aire,
bajo el agua como el hipocampo.
En este verano se impondrán los poemas cortos,
seis dedos más arriba de la rodilla con chivita
fu-manchú, hilo chino de la mejor especie y
variaciones de rombo japonés.
Aún así no cambiaré ni el ruedo.
Trotaré por la ciudad entre restos de basura
y picos de botellas de espaldas al porvenir.
Seré como aquel disco tapablanca de los Beatles
que nadie escucha. Me guardarán en el sótano
como un viejo patín. Nadie bailará conmigo.
Celebraré al caballo, al perro y a la rueda.