Te soñé bebiendo de mis pezones
alzando mi cuerpo caliente, deseoso
entre tus manos inquietas
te hundías profundo en mis muslos
vaciaste tu aliento en mis instintos de hembra
mordimos ciegamente el éxtasis de estar juntos
ni Dios se atreve a juzgarnos
no dejamos zonas vacías
nos volvemos uno al otro sin atajos
arrojados entre gemidos y respiración entrecortada
en el balanceo impúdico de nuestras pelvis ardiendo
siembras tus besos en mi vientre
bordeamos con la lengua el sabor de nuestro sexo
más allá de la locura que nos ofrenda
Tengo un verso censurado
que se mece en mi vestido
que vigila mis caderas
mientras caminamos juntos
La mujer que a mí me gusta
llegó una madrugada de noviembre
sin prólogo ni pie de página
llegó con nombre propio en la poesía
menstrúa sin dolor, sin culpas
se pronuncia sin paréntesis ni corchetes
se subraya y celebra en cada trazo imperfecta
a veces llora y grita pero ama de principio a fin sin reservas
aprendió de su propio abandono
no tiene asuntos pendientes
se mira desnuda frente al espejo
se abraza y respeta mientras se hace el amor
se escribe a sí misma, se asoma al éxtasis y arde
tanto, tantísimo
la palabra, curiosidad y asombro la convocan
la mujer que a mí me gusta es real y vive conmigo, desde siempre
No soy tu mujer y me hice dueña de tu sonrisa
a ratos me buscas, me rozas
me cuelgas de tus hombros y me muestras la luna
observas mis gestos, mi sombra
No soy tu mujer y desnudas mis ojos
sumas bravura a mi cintura y me hablas al oído
me haces contraste
entre maniobra y maniobra: contorsionista
No soy tu mujer y respiras en mi espalda
concentras mi libertad con la tuya
dibujas a la medianoche, riegas deseo y un buen verso
no soy tu mujer y me comes a besos
me hiciste juguetona, precipitada
la pieza del rompecabezas que debes completar a diario
En la calle me queda
un remedo de poema
resonante
mordiéndose los días enteros
en la calle arde
el silencio y el desespero
nublada imagen
tapándose la nariz y la boca
a sus anchas transita
como puta en un desfile
el virus vestido de peatón
malquerido y con corbata
en la calle me queda
un remedo de poema
inusual a mitad del camino
furioso, en cuarentena
Convierte mi carne
en fruta deliciosa
en vino tinto
para amansar tu hambre, tu sed
sujeta mis cabellos
a tu dorso
en cada zona
donde me quiere, donde me buscas
convoca mis labios
a la utopía certera
al temblor subordinado
de tus caricias húmedas
anuncia tu boca
ávida de mi entrepierna
a mis muslos en llamas
sacude mis sentidos
Hasta la sangre
que beba el poema
abra tus piernas
incendie tus noche
sacuda las paginas
de tu vida
de tus zonas
cada borde
que sea el arrullo
de tus sueños
que excave tu calma
moje tu ropa
hasta la cicatriz de tu vientre
insista ardiendo
con afán
sin instrucciones al dorso
Espectacular, me encantó realmente te transporta, vuela la imaginación ❤️
Es atrevido. Es ingenúo. Es sensual. Es mágico. Es verdadero. Es inocente y Espectacular. Me encanta!!!
Exelente poesía en la magia del cuerpo y el cielo hecho infierno transformación del mundo en energía viva … Viviente en 2 seres queridos que viven en su totalidad