Por: Milagros Mata Gil
Narrador, ensayista y humorista, nació en Caracas, el 30 de marzo de 1964, aunque ha pasado gran parte de la infancia y la adolescencia en diversas poblaciones del Oriente venezolano, sobre todo en Cumaná, donde aprendió que, como él gusta decir, Oriente tiene otro sabor. Después, se fue a estudiar Derecho en la Universidad Santa María, en Caracas, y poco a poco se fue quedando en toda esa zona capitalina, incluyendo los Altos Mirandinos, donde ahora reside.
Abogado de profesión, ha dedicado gran parte de su vida al cultivo de la lectura y un día se descubrió incursionado en la escritura, en especial de crónicas y relatos. Se define como un escritor que de vez en cuando ejerce el Derecho. La mayor parte de sus publicaciones se encuentran en Facebook, desde 2008. Allí hay de todo: poemas, notas sobre música, que es otra de sus grandes pasiones, sobre pintura, sobre política nacional o internacional. Sus amplios conocimientos de historia, política y fenómenos sociales subyacen y dan fuerza adicional a sus relatos.
En los últimos tiempos, ha incursionado en revistas online especializadas como Letralia y Actualy.es. Su primer libro fue «El País de los Turpiales» (que tiene dos ediciones, una publicada por Editorial Ítaca, que es su proyecto editorial, en 2020, y otra, la segunda edición fue publicada por FB Libros, en 2021) Tiene, además, recién publicados por Editorial Ítaca, dos libros de crónicas, “Resistencias” y “El Cuarto de lo Imposible”. Y está escribiendo una novela, “Malandro Viejo”. Pero sigue publicando sus posts en Facebook y escribiendo constantemente sus crónicas en una tesitura de humor.
Él atribuye a la escritura, a la letra, como dice, una intención ética y política. Señala que muchos latinoamericanos se han acostumbrado a la espera perpetua de alguien que venga a sacarlos de la miseria. Al héroe de a caballo. A que las cosas cambien por sí solas. Para él, escribir es trascender las adversidades por pequeñas o grandes que sean, dejar constancia de lo que se va viviendo. Y sintiendo. Hay que escrutar hondo en los temas que se abordan y prestar mucha atención a cada detalle. En todo caso, ha aprendido, afirma, que el oficio de escritor se ejerce cada día y para ello, aparte de escribir, hay que leer abrumadoramente, cosa que le encanta. Escribir es una lucha desigual que cada escritor afronta con él mismo.
Los libros publicados
«El País de los Turpiales» (2020, 2021) es una selección de crónicas y relatos publicados entre 2011 y 2020. Fue seleccionado por Roger Michelena y editado, con otras crónicas agregadas, por FB Libros.
Posteriormente, escribió una biografía de Francisco de Miranda, «Francisco de Miranda, bandera al viento».
Luego, su socia y editora compiló crónicas publicadas entre 2018 y 2021 en dos libros: «Resistencias» trata de las luchas políticas que se han dado en más de dos décadas y «El Cuarto de lo Imposible» recoge las crónicas memoriosas del autor. Pero conservan todas ellas el toque de humor, algo que provoca la hilaridad del lector, a la par que lo envuelve en el mensaje.
Hay tres elementos básicos que distinguen la escritura del Chino Álvarez:
La interpelación directa al lector, que lo involucra en el episodio que lee A menos que se cuente aquí a escritores como Puig, Sarduy o esos que han experimentado con la segunda persona, no hay muchos autores hispanoparlantes que usen ese recurso y menos de esa manera envolvente que seduce y compromete. De eso deriva también la potencia del mensaje político casi siempre presente en sus crónicas.
La capacidad de incluir la oralidad, incluso con expresiones radicales, que incluyen groserías y onomatopeyas, sin bajar la calidad de la escritura y sin que suene a impostura. Eso lo plantearon muchos escritores. Eso es lo que los críticos objetaban a Shakespeare o a Ben Johnson. Después de los aportes de Rubén Darío, muchos escritores venezolanos trataron de usar las expresiones orales de su entorno. En pleno siglo XX, Ángel Gustavo Infante es un ejemplo muy significativo. Uslar Pietri condenó a la hoguera a los que usaban groserías.
El uso magistral de la ironía. Al ser él narrador protagonista de la mayor parte de sus relatos, se distancia de los hechos y de los otros personajes dándole al texto un toque de irrealidad sutil. Además, la tesitura de humorismo suaviza los tajos certeros de la crítica social y política que no por ser sólo tajos son menos hirientes.»
¿Cómo es llevar una Editorial?
Hace casi año y medio, Milagros Mata y él crearon una Editorial: Editorial Ítaca. Sin nada: de la nada. Más que una empresa, que lo es, es un sueño. En el poema Ítaca, de Kavafis, están sus claves, sus metas. No es fácil, pero en este caso, también depende de con quien trabajes. Él y Mata Gil son panas y esa amistad mutua ha sobrevivido a las tensiones que se producen al llevar juntos una empresa e incluso a través desacuerdos. Eso se debe, sobre todo, a la honestidad y congruencia con que se manejan.
La Editorial Ítaca se ha ganado un puesto en el panorama cultural del país y eso no solamente se debe a su trabajo sino a la calidad de los autores que han confiado en sus socios: José Pulido, Alberto Hernández, Ana Teresa Torres, Julieta Salas de Carbonell, Golcar Rojas, Blanca Elena Pantin, entre otros. Desde la Editorial también se promueven cursos y talleres online que los han puesto en contacto con intelectuales y escritores de otras partes del mundo. Una premisa básica que tienen es el respeto. Por eso, además de la edición en sí se promocionan los autores y se propicia que los conozcan.
Eziongeber Chino Álvarez ha dicho que si bien se relaciona con la literatura desde su profunda particularidad, lo hace también a través de la Editorial Itaca, pues tiene la oportunidad de asomarse primariamente a la letra de otros escritores, cuyo esfuerzo admira, respeta y lo impulsa a continuar.
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Cuando los cambios no son bienvenidos