literatura venezolana

de hoy y de siempre

«Los Sum Sum Verdi», de Carlos Ángulo

Mar 5, 2025

Por: Libardo Linarez

La literatura es para Carlos Ángulo una deidad sin principio ni fin. Desde este postulado ejerce una escritura caracterizada por una ambigüedad intencional en la cual crea una atmósfera cosmogónica, sobre la cual se revela por medio de desdoblamientos que producen un quiebre en el acto de la lectura, donde el poeta lleva al lector a su territorio para reflexionar sobre el caos.

Sería ingenuo aspirar que él nos entregara de una forma llana su percepción de la realidad, mediante algún discurso ya agotado. Ángulo labra hermosos pastizales agitados por el viento, de donde irrumpe una gacela causando sobresaltos que son la intención velada en cada línea de sus textos.

Quien a priori lo lea, tal vez no logre entender la cosmogonía sobre la cual desarrolla todo un planteamiento antropocéntrico, como acertadamente lo determina Lalo Moreno en sus valoraciones sobre el libro Los Sum Sum Verdi: «Sus caminos sin destino, sin principio ni final, sin saberlo tenían en su hacer una conciencia y el conocimiento de la sencillez y la transparencia». Angulo ha construido un discurso profundo y analítico. Apocalíptico, porque se vela en el subterfugio de la ambigüedad para revelarse en el desdoblamiento. Es allí donde como ángel de la verdad se revela.

Aquí pudiera existir un hallazgo: la cosmogonía sobre la cual Carlos Ángulo construye su discurso, sosteniéndolo sin titubeos en este libro «Los Sum Sum Verdi», mediante un proceso hermenéutico, donde la ambigüedad es una simple mascarada que busca evadir el lenguaje llano, sumergiéndose en una prosa sobre la cual navega con notable destreza, en su afán de poetizar su visión del ser y la complejidad que le rodea.

Jean-Paul Sartre decía: «En la medida que hay en la filosofia una prosa literaria escondida, una ambigüedad de espesor que le permite, a través de esas ambigüedades, ajustar más esa frase a la prosa literaria que contiene ya (condensado, no consciente de sí) el sentido que la filosofia le da».

Sartre también denomina el lenguaje como un instrumento «práctico-inerte», que permite la relación del hombre con el mundo, que a la vez posibilita el desentraña miento de la totalidad: «El que habla está situado en el lenguaje, cercado por las palabras, éstas son las prolongaciones de sus sentidos, sus pinzas, sus antenas, sus lentes, ese hombre las maneja desde adentro, las siente como siente su cuerpo, está rodeado de un cuerpo verbal que apenas tiene conciencia y extiende su acción por el mundo» (Sartre: 1976: 50).

Para Carlos Angulo el lenguaje es un mar sobre el cual puede navegar en la barca de su discurso de forma pendulante. Nada es lineal, las palabras van construyendo un discurso que desliza en el oleaje su visión del ser. El escritor colombiano Álvaro Restrepo Betancourt señala sobre el ejercicio de la escritura lo siguiente: «Escribir es una forma de ser en el mundo. Arrancando de de sí en las palabras, el escritor, trasciende, sacrificándose, hacia el mundo».

En la concepción de deidad que le atribuye Carlos Angulo a la literatura, despliega un discurso que necesariamente no tiene un principio ni un final; es en el desdoblamiento donde construye mediante la estética su discurso de ambigüedad, un lirismo sobre el cual revela toda una simbología que le da la significación anhelada y poco entendida:

«Era la vida que venía rodando de desastre en desastre, de colisiones, vacíos y caricias, sin deberse a poder consciente alguno, ni a la divinidad mágica explicada por el débil análisis con miedo, de un pensamiento incipiente. Sólo era, el más grande vientre jamás existido, inaugurando el milagro del hálito. Agradado de movimientos, simultáneos con los agujeros negros incluyentes gravitacionales fue surgiendo lo inigualable, capaz de formar los estertores de la belleza comprimida» (Los Sum Sum Verdi)

Bajo un discurso impreciso, la prosa de Carlos Angulo en «Los Sum Sum Verdi» nos va mostrando su concepción del origen del universo, reinterpretada desde su discurso el «Big Bang» y los valores de las primeras civilizaciones, de los que forzosamente fuimos divorciados.

«Los Sum Sum Verdi» representan la consumación de un discurso prosaico mediante el cual se hace una profunda reflexión de nuestra condición humana. En un ciclo donde nos hemos convertido en depredadores de nuestra propia especie. Esto es lo que busca advertirnos en el proceso de reflexión que pendula en el oleaje de la ambigüedad sobre la cual navega la escritura de Carlos Angulo:

«De tanto nosotros andar buscando las fuentes de las respuestas, en los anaqueles de la memoria, en los sueños del inconsciente colectivo, inesperada salta de lo remoto. Sintetizada en pictogramas emocionales, pero también traducida fuera de contexto al idioma del invasor y de uso oficial, con su cruz y conjugaciones ajenas» (Carlos Angulo, Los Sum Sum Verdi, pág 106).

Es sobre este planteamiento discursivo que Carlos Angulo nos advierte desde los inicios de su escritura, su preocupación por el agotamiento de los discursos y su afán por crear una propuesta más honesta y también cercana a la más hermosa de las ventanas mágicas que nos queda para escapar de nuestra propia miseria: la Poesía.

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