literatura venezolana

de hoy y de siempre

Los cuentos siempre cuentan

Feb 4, 2025

David Figueroa Figueroa

“De todos los inventos humanos o divinos, el más glorioso,
sutil y misterioso lo constituye la palabra
Ludovico Silva 

El arte de relatar es y será siempre un arte, necesariamente tener reglas que nunca deben olvidarse y más cuando de literatura se trata. Esto lo sabe el escritor José Luis Vásquez Silva y lo aplica en su libro Cuentos de papelera el cual mereció el premio, Concurso para autores inéditos2023, Editorial Monte Ávila, Caracas.

La obra comienza con la narración 3X1: “La llegada de Justino y Marcelina al Club de Amigos originó un inusual revuelo, porque, aunque eran viejos conocidos, tenían varios meses sin pisar aquellos medios. Justino cruzó el portón sacudiéndose el polvo amarillo impregnado en los calzones, mientras ayudaba a su compañera a librarse de las pelusas aferradas a sus pelos de muñeca. Todos los saludaban con alegría y estrechaban con respeto las viejas manos. Justino respondía como un dicharachero Quijote, en cambio, Marcelina, una discreta Dulcinea, apenas esbozaba una tímida sonrisa.

– ¿Y qué pasó con ustedes dos?, ¿dónde se habían metido? – preguntó el patrón.

-Por ahí, ¡por esos campos y esas escuelas! en lo de nosotros!, contestó Justino, mientras   hacía una >v< con la mano.”

Lo primero que observamos es que los Clásicos han pasado por su vista , por ejemplo allí está Don Quijote de la Mancha, que las palabras  empleadas son aquellas con las que generalmente se empieza una narración, pues  la experiencia indica que los cuentos  tienen inicio, desarrollo y fin.

A medida que los cuentos se van leyendo, también vemos como la fantasía se confunde con la realidad, pues no sabemos si los seres están vivos o están muertos, además, notamos en el relato La media resurrección a un Lázaro que no es el del Evangelio de San Juan, pero si tiene algunas características que lo asemejan. En el relato La guerra de los Cien Años nos dice: “Me marcho a la guerra de los Cien Años, que acaba de decretar el rey – anunció desde lo alto de su imponente montura el pertrechado caballero inglés, mientras se inclinaban ante él todos sus fieles vasallos, incluida su mujer”

La escritura debe ser descriptiva y a la vez conducir al lector a un sitio donde muchas veces lo cercano y lo mundial se fusionen, es darle a la palabra el don de la multiplicidad y la ubicuidad.

El libro está constituido por dieciséis cuentos, donde aparecen nombres que ya son muy famosos por estar en textos de rangos universales o estar en la Biblia, me refiero al Quijote, a Dulcinea, a Lázaro, Romeo, Abel, Caín, a Jesús, Magdalena, San Juan Bautista y otros. Es importante acotar que todas las narraciones denotan un dominio efectivo de tan difícil creatividad, pues lo legítimo, los ambientes y los personajes deben brillar por su autenticidad y movimientos, poseer algo de originalidad, autenticidad.

La escritora, María Claret Valero, en su libro: Filosofía con los niños desde la narrativa, nos explica: “El arte es una actividad humana consciente capaz de reproducir cosas, construir formas, o expresar una experiencia, si el producto de esta reproducción, o expresión puede deleitar, emocionar o producir un choque” Es lo que nos regala el escritor José Luis Vásquez Silva cuando leemos sus creaciones: relatos vivenciales-fantásticos, más la ensoñación de compañía.

También lo vivencial y lo cotidiano están en las narraciones, claro que poniéndole la magia de la exageración que le da siempre la hipérbole y la paradoja. En el cuento La contrición, leemos: “En el vehículo, Piero recibió del chofer un pago que introdujo en su cartera, antes del inicio del recorrido que, a los pocos minutos, lo llevó hasta el departamento de Isabella, de donde ella justamente salió para subirse al auto, después de que este se aparcase en retroceso. Otros tantos minutos transcurridos y el taxi, de nuevo estacionándose en reversa, dejó a la pareja frente a un motel de segunda, donde entraron, recibieron las llaves del dependiente y remontan las escaleras soportando otra vez los dardos de las impertinentes”

Con una mezcla de lo coloquial y lo poético los cuentos van y vienen, dando   recorridos  por los lugares escogidos por el escritor, donde la palabra ocupa un puesto  que transformada en creación son pájaros que se remontan en los árboles de la memoria.

El cuento que más me agradó, fue Aquella incierta luciérnaga, que empieza: “Para mí, estoy casi seguro, todo comenzó un día martes 5 de febrero, cuando andaba en lo mío, asistiendo muy puntual a mis clases de ingeniería. Todavía adormilado, me acerqué a mi parada favorita, ubicada a media cuadra de la residencia y a unas doce del Politécnico. Y allí estaba ella, una muñeca abandonada por el padre Cronos en aquel tiempo y lugar” Desde allí en adelante vamos a conseguir a un joven enamorado locamente de otra estudiante que según la descripción que él hace, la muchacha sabía de todo, hasta era un ser bien podía llamarse mágico, pues le dijo que duraría miles de años, lo cierto es que el lector encontrará párrafos llenos de una verdadera ficción, escritos que la narrativa literaria juega un papel preponderante. Veamos: “Esa madrugada soñé que la luciérnaga se estaba quemando y me pedía auxilio a través de unos barrotes. Ella me extendía sus brazos burbujeantes de grasa chamuscada y yo no tenía cuerpo físico para auxiliarla y desperté tan asustado que me toqué el pecho para comprobar que aún era un ser de carne y hueso. En ese momento entendí que, en verdad, era yo quien necesitaba ser salvado por la Señorita Luciérnaga.”

La descripción dando su cara ejemplar para decirnos que las narraciones tienen materia y alma que caminan y corren por todo el universo de donde al mismo tiempo provienen, dibujan, cantan y hasta bailan en los ojos de aquellos que poseen el intelecto de oír sus ritmos y captar sus colores convertidos en arcoíris de estrellas que bien pueden estar cercas y lejanas.

Termina el cuento de la siguiente manera. “Las últimas cosas que recuerdo son una ventosa y punzante lluvia abatiéndose sobre los restos de mi cuerpo, transformado al toque del agua en una argamasa gris y pastosa y el escuchar el incesante rumor de un río de vecinos que intentaban devolverme a la vida narrándome muchas versiones de una misma y particular historia. Aquella que versaba sobre una bella y triste luciérnaga chamuscada por su incierto y a la vez ineludible destino”

Bien lo dice el dicho popular, todo principio tiene su final, no puede terminarse lo que no se comienza, la palabra es a veces carbón, pero también diamante, todo de acuerdo el cielo es oscuro o claro o si la magia del hombre o mujer que la proclame.

Para el filósofo y escritor francés, Jean Paul Sartre: “Todo escrito posee un sentido, aunque este sentido diste mucho del que el autor soñó dar a su trabajo.”

Lo más importante de un trabajo literario tal vez sea conseguir uno o dos lectores, y si somos y estamos llenos de suerte. nuestras páginas tendrán tantos seguidores como las flores al llenarse de mariposas y lo azucarado en los predios de las hormigas.

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