y arde en el mar de los sentimientos guardados como joyas
en la gaveta infiel
de la memoria.
Me obsesiona una imagen
A Gustavo Pereira
Me obsesiona una imagen que es muchas
Es la imagen de un patio llovido
Y de unas flores tímidas.
La imagen de un niño mirando las nubes
mientras un gato duerme sobre las hojas secas.
Es una vieja imagen que me sigue
cuando abro los ojos:
veo la cara húmeda del tiempo
y sueño, dentro de la hamaca,
con los inviernos rotos.
Mientras tanto
mi cuerpo cumple su destino de cuerpo
por estos arrabales, va por antiguas callejas
reconociendo fachadas en su paseo nocturno.
Entra el cine, al bar. Y bebe su ron solitario.
Tantas veces vine, tantas veces fui
buscando esa Nada, sin saberlo.
Mi alma
Mi alma lee a veces poemas para calmar su sed
ingenuamente cree
que puede ir más allá.
Mi alma disfruta de placeres efímeros
para recordarlos después
como cosas inmensas.
A menudo se enamora de una mujer
y yo se lo permito
también a veces dona un clavel a un anciano
en el parque
y se aleja sola a caminar entre los árboles.
Mi alma está habitada de pequeños pensamientos ilusos
y de faroles que se encienden calladamente
al fondo de sí misma.
Mi alma solicita un permiso para dormir junto a mí
se despierta antes que yo a preparar el día
abriéndose paso entre las cosas reales.
Yo le sonrío y la llevo conmigo
le agradezco en secreto
todo lo que hace para salvarme
me lleva a la cama me arrulla y le habla a mis sueños
pero mis sueños no hacen caso de ella
mis sueños siempre le huyen a mi alma
y ella triste se refugia en mi cuerpo
mientras yo le digo alma mía ten paz que algún día
estaremos tú y yo nada más
pasaremos de largo entre las cosas reales
y después tranquilamente
saldremos a dar un paseo entre las nubes.
Nostalgia
Heme aquí en medio de la nostalgia
con el pecho penetrado de un profundo temblor morado
me sumerjo en un aire de recuerdos
que habían quedado flotando en los sótanos de mi memoria
como flores pisadas por musas que lloran
por cualquier cosa
por estar ahí solamente
por haber nacido de un sueño liviano
de casas amarillas que tiemblan
de donde salen niños y niñas con globos de colores
bailarinas ejecutan danzas aéreas frente al mar
caballos negros y blancos quedan suspensos
en medio de patios de galería
la nostalgia me atraviesa la siento en mis dedos
en mis músculos la llevo apretada dentro de los bolsillos del pantalón
y me sube por las piernas como un sobrenervio
y hasta cuando meto la llave en la cerradura
la nostalgia se ha colocado en la punta de la llave
y la puerta se abre y me deja entrar hacia viejos pasillos con pianolas
y voy hacia mis gatos originarios
se acurruca dentro de mis orejas como una música
a la manera de una canción de cuna
y otras veces toma la forma de un valse triste
o de una mazurca que habla de bellas traiciones
amo esta nostalgia y no quiero ya
salir de ella por nada de este mundo
quiero comer nostalgia morderla devorarla
o beberla como un jugo de naranja
o como una espumosa cerveza helada en plena madrugada
hacerla trizas con mis uñas
o besarla como a una niña que acaba de morir
atravesar con ella el tiempo
y gatear a su lado por los corredores de mi casa abuela
he permanecido acostado con ella todo el día
dando leche a mi corazón
saciando la sed de mi cabello recostando mis sienes
en su almohadón de suaves plumas sin poder hacer nada
desvalido de mí hacia mis zambullidas en piscinas y pozos
hacia mis burdeles juveniles hacia mis cines de pueblo donde la lluvia sonaba en los techos de zinc
hacia mis budares de barro hacia mis arepas aromosas
hacia las manos de cilantro de mi madre
hacia las bendiciones de suero picante de mi abuela
y el olor a tabaco recién torcido de mi abuelo
y el bandolín tristón de mi padre
aquí mismo voy y apenas
he terminado de almorzar con sus más delgadas hilachas
y ahora me dispongo a bajar por la escalera de las horas
hacia los ríos azules donde remojaba mi pelo
en mis correrías y juegos
intentando atrapar fantasmas
ah mi río ah mi amado pájaro ah mi perfume de azahar
tengo una inmensa nostalgia de vosotros
como si fuesen presencias eternas
y ahora hablo y lloro y sudo nostalgia
siento sus gotas saliendo de mis ojos
y no me importaría si me ahogo
o quedo sepultado bajo el lecho del río de los viejos anhelos
pues estoy fundado en la tierra nostálgica
aunque luego salga y camine por la ciudad
por sus calles relucientes pero la nostalgia va conmigo
me sigue a todas partes como una perra fiel
o como otra piel que llevo encima o se enrolla en mi cuello
como una bufanda de carne
va sentada conmigo en el metro o pasea en bicicleta
con una niña en el parque
porque la nostalgia es ahora una niña y yo un recién nacido que suda y grita
y quiere volver a dar el primer grito
para repetir la vida que he tenido junto a mi padre mi madre
hermanos hermanas y perros y gatos lagartijas y avispas
alacranes y todas las hormigas cariñosas de la infancia
Qué hermosa eres nostalgia novia mía
te amo con mis codos y te he venido celebrando
desde el profundo vaso de mis congojas
desde mis carcajadas ardientes
y desde los antiguos boleros desgarrados
que canto cuando deseo deslastrarme de la miseria
oh nostalgia cuajada en mí
como una gelatina o un trozo de torta trémulo en un cumpleaños infantil
con los caramelos que chupo en las fiestas de mis nietos
estoy feliz de estar triste y es tu culpa nostalgia
hazme trizas vuélveme papilla hazme un guiñapo de amor
que se arrastra por las tabernas en la noche de un sábado
empújame de una vez por todas al balcón de la melancolía
y lánzame varios pisos abajo
para que pueda estrellarme contra el pavimento de lo cotidiano
ya no importa nada nostalgia
ya no importa porque a través de tu halo
estoy cumplido en esta noche de encierro
donde todas mis heridas se han cicatrizado
y todas mis culpas lavado
gracias a ti nostalgia
has ganado ahora la partida
me has bamboleado en tus brazos como a un dulce bebé
tu regazo ha sido para mí como un dios invisible en las venas
me has hecho toser de una buena vez
me has hecho escupir la semilla que tenía atravesada en la garganta
ahora puedo cantar y ver más claro el porvenir
gracias a ti
nostalgia