literatura venezolana

de hoy y de siempre

Poemas de Marisa Vannini

Mar 31, 2025

Horizonte

Cielo, cielo y cielo
Mar y mar y mar
allá donde se encuentran
nunca he de llegar.

***

Buenos días a los animales

Buenos días, señor zancudo,
¿sabe usted que es muy picudo?
Buenos días, doña tortuga,
¿sabe usted que tiene arrugas?
Buenos días, niño venado,
¿sabe usted que es delicado?
Buenos días, señora iguana,
¿sabe que le faltan canas?
Buenos días, oso hormiguero,
¿sabe que le sobra pelo?
Buenos días, misia hormiga,
¿por qué carga tanta miga?
Buenos días, don cachicamo,
¿no me quiere dar la mano?
Buenos días, morrocoy,
te saludo y me voy.

***

El retrato

Desde una casa
chiquita, chiquita,
en una silla
bajita, bajita,
sobre una mesa
estrechita, estrechita
con una pluma
finita, finita,
¿quién escribía?
La enanita.
Era una carta
largota, largota,
con unas líneas
grandotas, grandotas
en una letra
gruesota, gruesota,
y decía cosas
hermosas, hermosas,
¿quién recibía?
La grandota.

***

Patinadores

Desde la Cota Mil
hasta la Libertador,
baja con gran trajín
un patinador.

Patina, patinador, patina,
fresco es el aire,
fría la neblina.

En el Parque de Los Caobos
entre carros y camiones,
juegan y corren alegres,
los patinadores.

Patina, patinador, patina,
el alba es rosada,
la llovizna fina.

A misa de gallo,
cerca de Miraflores,
llegan con su bulla
los patinadores.

Patina, patinador, patina,
diciembre ha llegado,
Navidad se avecina.

***

Encuentros

En el medio del camino
me encontré un escarabajo,
todo vestido de verde
y un poco de oro pintado.
En la cresta de una ola
me encontré un pez espada,
con las escamas brillantes
y la cola plateada.
En la punta de una roca
me encontré un gavilán
con las alas bien abiertas
y los ojos de azafrán.
En el claro de la selva
me encontré con una danta
que tenía el hocico largo
y unas lindas pintas blancas
Entre pétalos de flor
me encontré un colibrí
con el pico muy finito
y las plumas carmesí.
En el patio de mi casa
me encontré con mi perrito,
mi conejo, mi canario
mi tortuga y mi gatico.

***

Bienvenida Oriental

La tortuga de Monagas
me paró en la carretera,
para ofrecerme sus huevos
y retarme a una carrera.
El chigüire de Barrancas
me esperó en el matorral,
para invitarme a que fuera
a su casa a descansar.
El caimán del Orinoco
me sonrió en Ciudad Guayana:
– Si vas a pasar el río,
yo te sirvo de chalana.
Y las garzas de los llanos
me llamaron desde el cielo,
saludando con sus plumas
agitadas por el vuelo.

***

Niño del páramo

Con la ruana puesta
y el sombrero calado,
niño de nuestro páramo
esperas un milagro.
Tus cachetes son rojos,
serena es tu mirada
fija en los altos picos
de la Sierra Nevada.
Porque en tu mundo puro
aún hay esperanza
de ver brillar las plumas
de las águilas blancas.

***

Romance nuevo del Niño Simón

La casa del niño Simón
era una casa colonial,
tenía pórticos frescos
y patio para jugar.
La yegua del niño Simón
era yegua de mucho andar,
con buena silla de cuero
y espuelas para aguijar.
La espada del niño Simón
era espada de gran guerrear
estremeció a toda América
desde el uno al otro mar.
La vida del niño Simón
fue una vida excepcional,
su nombre recorrió el mundo
como un grito triunfal.
Las gestas del niño Simón
fueron gestas sin igual
libertó a cinco pueblos
y les dio un ideal.

Sobre la autora

Deja una respuesta