literatura venezolana

de hoy y de siempre

Poemas de Jhon Rivera

Jul 1, 2025

La fiebre que tengo en la cabeza
la calenté con el temblor de unas piernas
entre la helada noche de las montañas
y cuando debí hacer mi trabajo
me refugié
buscando calor en un cubículo lleno de medicamentos
juntando mi respiración con la suya.
Sudé sudé
y busqué el ardor en unos labios morenos
que me quisieron besar.

***

La aguja entra en la tela
para que la mano cosa
la parte que se nos ha estropeado.
Con atención
cambiamos el hilo
cuando se nos hace corto.
Así debe ser la vida
una entrada y salida de fuerzas
que luchan por acomodarse.

***

Hay partes del cuerpo
que al ser tocadas
se descompensan.
Van a un río
donde el afluente se los lleva
y hay remolinos mezclados
con los sonidos del agua golpeando las piedras.
El cuerpo es arrastrado
hasta la orilla
descansa
mientras sus pies
esperan de nuevo
el roce de la corriente.

***

Niebla, baja al hombre
para que sea tocado después de la lluvia
por tu espesura.
Que no haya sol
que quiera estremecer la vista.
Déjame hundirme
rodeado de luz blanca

***

He caminado por caminar
pero no pude estar quieto
y seguir conmigo.

Voy cargando la cruz
del que hace piruetas en el aire
del mago malo y su truco fácil.

Te lo pido, ven,
háblame, no me dejes pensar.

Me sueño diferente
me sueño
me sueño
porque lo único que hago es soñar

Entonces tengo la pesadilla
todo lo confundo con la vida
lo que soy se desplaza
entre la fantasía de soñar
y la pesadilla de vivir.

Cuál es el reducto de vida que me queda
cuando de alguna manera
intento salir del soliloquio.

Mejor déjame en silencio
busco la manera de apagarme.

***

Ese hombre ignoró las horas
y lo agarró la noche
hundido en el sopor y la bruma de la madrugada.

Y abrió los ojos, vio la luna y se dijo:

Yo soy el tonto de las culpas
el que las merodea
las toca y sufre
pero a su vez vuelve a ellas
alegre
como si viera una mujer
de grandes pechos
y ésta me humillara.        

Tan comunes son estos hombres
sin embargo el ego es un saco
pesado que lleva un perro lastimero
cuya baba chorrea.
Cabizbajo
arrastra sus pies poco a poco hacia el barranco
porque el tonto de las culpas
sueña con su rescate
y al ver que nadie lo sujeta
retrocede y tararea por el camino

Yo soy el tonto de la culpa
ella tiene grandes pechos
y voy hacia ella soy su creyente
Y tengo miedo de que me deje
Y verme así, ligero, sin la menor importancia
como todos los hombres.

***

Nos sentamos en una mesa él, ella, ellos y yo
cada pronombre es un sufrimiento estúpido.

Las sillas están vacías
nadie se sienta
estoy con él, ella, ellos y yo.

***

Hago círculos en la arena
cada uno significa
una forma de mí

Las formas en que me repito, me duplico, me extralimito

El sol está alto
y mi cuerpo tirado en la playa
se contempla

El oleaje disuelve los círculos
todo está acabado
y no sé ahora por dónde comenzar.

***

El corazón es un limón
que lo aprietan carnosidades.

A cada latido
se expande su concha.

El amor vive en él.

Luego se asolea
entre las ramas
diseminándose
en el corazón de los otros.

***

Una manzana se abre
a cada mordida
ante la humedad de la boca.

Después que ha perdido
su delicada piel
las semillas de su parte blanda
son más sensibles a la lengua.

En el centro de la fruta
a pesar de las mordidas
se encuentra un capullo amargo
que no para de florecer blancura
dentro de ella misma.

***

El agua del cielo
humedece la tierra
y moja los labios de la flor.

Se forman gotas que recorren
el cuerpo de la hoja
reanimando su danza en el viento.

Bajan
abren la tierra
y crean pozos
para mojar las raíces.

Es lo divino que ha bajado
a probar las cosas en su plenitud.

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