Inés Muñoz Aguirre
el sol se desviste
las hojas caen
los niños crecen
los viejos menguan
la vida transita
la luna se ahorca
en el candil
afuera del tragaluz
entre dos aceras
se estanca todo
***
Lo peor de estos días
las horas huyen
aguardas algo
no sabes qué es
Y no ocurre
pero envejeces
a pesar de todo
***
se derriten
las agujas del reloj
cubren de negro
su péndulo
en perenne minuto
de silencio
el grito
se astilla
en el estómago
***
el peso aplastante
de los días
construye barrotes
se trazan propios
Presos todos
ante las horas lentas
y la pena
amordazada
***
hoy mojé mis canas
en el café
di un vistazo
al dintel de la ventana
buscando el futuro
topé
con la mirada del otro
entregado al mismo rito
***
el café de la mañana
se adereza
en la tristeza
su olor se exWende
hasta la casa
del vecino
quien cuela
la misma pena
***
hemos descubierto
tembloroso
como un pétalo
el negocio de los pobres
hecho por los pobres
aunque sus bocas
siguen vacías
la basura
se descompone
en sus entrañas
***
no cuentes
no hagas
no celebres
no digas
palabras como balas
el ave de la vida
al borde del precipicio
***
domingo
reposar el miedo
serenar el espíritu
tejer las horas
regar los tréboles
con la voz anidada
las esquinas
de siempre
***
estos días aciagos
se repiten en la puerta
se aposentan
en las ventanas
se estremecen
sobre el pavimento
todo sin un norte
que indique la salida