literatura venezolana

de hoy y de siempre

El sol de la ceguera (selección)

Oct 26, 2021

Kira Kariakin

Encontré una ciudad de nombre extraño,
cruzada por líneas de tren en desuso.
Vi gente del siglo diecinueve que desaparecía.
Me topé con zapatos abandonados
en los caminos de las afueras.

Vagué entre esos vestigios,
mientras una brisa los borraba con arena.

La ciudad se hizo recuerdo.

***

Tengo muchos abriles
el abril de mi cumpleaños
el abril del cumpleaños de papá
el abril de fecha patria de tarea y acto en la escuela
el abril de la canción The girl with April in her eyes
dedicada con amor
el abril de un casi infarto de papá
el abril del asesinato del novio de mi hermana
el abril de la noticia del cáncer de papá
y el de su muerte dos años después
el abril de no querer celebración de cumpleaños
el abril del nuevo año bengalí en Bangladesh

el abril que siempre marca mi calendario
al que temo
espero
y vendrá

***

Llevo islas dentro
antiguas y nuevas
en remanso
atendiendo fragores
y desencuentros

Unas remotas desde siempre
de donde parten búsquedas
y se celebran hallazgos

Otras eximidas
del terciopelo rojo de los auspicios
lechos para el fracaso agotado
y el abrazo incorrecto

Islas inamovibles
para triunfo invisible del retorno
del largo viaje de mis destierros

***

Soy dueña de un confín
lo ata a mi dedo meñique
un hilo blanco

veo la sombra del árbol
presa
reverberando sus ganas

ahogo el silencio en candor
los sueños yacen en la alfombra
al lado de unos zapatos viejos
reticentes al recuerdo

no dices nada

hablan tus ojos

***

El espejo de mi abuela
está roto en una esquina
rayado como su rostro

durante años
flores de siempreviva
adornaron su reflejo

un cordel precario
tenaz
lo sujetaba a la pared

no tenía resguardo

atesoro el espejo de mi abuela
lo he enmarcado en madera parda
engalanado con flores secas

tener un espejo así
algo rayado
la esquina rota
una siempreviva en la herida

***

Son pocos los días
que nos salvan del desencanto
incluso los de cielo perfecto
en este valle preciso de hoy

la belleza es una aspiración fútil
la serenidad está destinada al fracaso

teníamos un acuerdo tácito
era farsa para incautos
amabilidad degradada
sobre la lasitud de lo inevitable

comida para aves de rapiña
anidadas en la decepción
y la ofensa sin equivocaciones

Sobre la autora

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