Ni aun de día
la noche
parece dormir
en estas calles.
Stephan Baciu
Los rostros se confunden
en este cementerio
sólo los nichos
hablan de tu condición
el sopor invade lo cálido
oscurecido deja ver
sus entrañas
las miserias
se va el sol
el mendrugo nos alcanza.
***
Aprecio la calle luminaria
avisos que hipnotizan
segregándonos a su espejismo
arrastrándonos a la superficie
la verdadera no se ve
la noche nos acoge en sus fauces.
***
El primer día de lluvia
no es como otros
la tierra absorbe la sed
plegada en sus sienes
un sorbo tintineante
es la constante vaina
porque con tanta lluvia
no se vende.
***
No recuerdo su nombre
príncipe de nuestros juegos
de carnaval
el tiempo tiene memoria
trae las comparsas
las carrozas y el papelillo
que soñamos
los príncipes se vuelven
humanos.
***
El dejo de la muerte
su desdén
nos tocan
a quién
y no es de los nuestros
sin embargo pesa
cerca de nosotros
este escalofrío nos despierta
anda por ahí
deambulando.
***
El café temprano
y a media tarde
aguas de tu espejo
prestidigitación de vidente
sobre el plato la taza
no es lo mismo
cuando descansa
y el sorbo se hace lento
no es la misma
la taza sin el plato
sin la paciencia
de quien vive
degustando cada mañana
y cada tarde.
***
Una hoja seca
es un laberinto
se va haciendo
pequeñita
yo soy barrendera
obsesa limpieza
de barrer y acumular
aparto y divido
basura y útil
la hoja cruje
cuando se amasa
cruje cuando se deshace
cruje cuando muere
la basura
es de ruido sordo.
