literatura venezolana

de hoy y de siempre

Poemas de José Pérez

Dic 9, 2023

UNA MUJER FELIZ
He buscado en mi camino una mujer feliz
con nombre de rosa
con risa de espumas
donde las horas del sufrimiento no muestren
las sangrantes espadas
Una mujer feliz a secas
una bandera blanca de palomas
junto a campanarios de oro y sábanas de seda
como si un canto infantil la entretuviera
como si un aliento de niña escapara de sus sueños
Una mujer feliz no se parece a las culebras
no tiene vena en las espinas
ni está enterrada en la tristeza de una ventana vacía
Una mujer feliz lleva un santo entre sus manos
lleva un Dios que salpica de amor sus lágrimas
y la foto de un hijo de un gato de un ave de un can
en medio de una pradera verde
rodeada de infinitas flores amarillas
Una mujer feliz deposita su guitarra en su vientre
y escribe para su amado
la íntima oda de su silencio
la secreta ternura de su nombre
Una mujer feliz es siempre una mujer feliz hasta
que se demuestre lo contrario, eso diría un jurista
El encanto de un film en una sala de besos, diría el actor
La novena sinfonía que suena sobre la mar de mis cantares,
diría el gran músico
Mi lienzo mi Guernica mi Mona Lisa, el que sabe de pinceles
Una mujer feliz monta un caballo y un tren
Es aeromoza a veinte mil pies de altura
Regala su sonrisa sin pedir nada a cambio
Ella espera en la oficina y en la enfermería
lo mismo que en el andén y el lecho vacío
hasta la hora en que el sueño la vence
La noche de una mujer feliz tiene constelaciones y
oraciones y resplandores
baños y orgasmos que su piel desnudan
La noche de una mujer feliz
sabe del te y la fiebre
lo mismo que de lunas y mareas
y no se detiene al amanecer
no termina en una rutina de cocina y desayuno
sino en las barbas del sol que ilumina su esperanza
Una mujer feliz está en cualquier parte sin saberlo
y sin decirlo, como un misterio
Está en la palma y la nieve
en la arena y el río
tanto como en el banco de aquella plaza con brumas
Su mano tiembla al tocar sus mejillas y su corazón
de cristal se sacude como un colibrí detenido en el aire
Para saber dónde está esa mujer feliz
sólo se necesita su mirada
de rosa blanca de rosa roja
de coliflor y azabache
o de lago lejano y hondo
y la discreta revelación de su incordura
para descubrirlo

***

EL JURADO
Mi triste poema ha sido diseccionado
en el quirófano del jurado
Le han sometido a todo tipo de exámenes
dada su gravedad e inevitable defunción
Han revisado sus vísceras ancestrales
para ver si se parece a alguien
y si tiene el ADN de Homero o Píndaro
Garcilaso o el gran Ovidio
O si Quevedo y Zorrilla asaltaron su médula
con pecados carnales si también su sangre
tiene huellas de Rimbaud o Baudelaire
Paúl Eluard o Guillaume Apollinaire
Neruda o aquel Vallejo del Paris con aguacero
o el Vicente Huidobro de los lados del Sur
Mi poema no pretendía celebridad ni enojo
no buscaba tribuna alguna ni caras empresas de valor
ni el pudor entre los clásicos o emergentes
las escuelas y las torres
menos aún en los ardores de guerras o postguerras
donde las academias hurgan fantasmas y tiestos
Mi poema no pretendía molestar a este jurado
sino una mirada furtiva
donde el alma anida la esperanza
y todo se vuelve cenizas
Para llegar al jurado sudó lágrimas y atravesó empedrados
escapó de las flechas y los tiros
descubrió una mujer desnuda que se bañaba a solas
y un niño que pedía comida con la mano extendida
Para llegar al jurado soportó la lluvia
los calores y el rigor de tanta indiferencia
y se nombró solitario empedernido
si alguien lo animó a dar un paso
seguro fue el viento
si encontró una sombra
quizás fue la luna cuando dormía
Mi poema no nació para ser premiado
porque siempre escapó de los elogios
—El elogio es el pan bendito de los egos, dijo
y tapó su rostro con su viejo sombrero
El jurado parecía ignorar todo aquello y fue justo
y en lugar del premio recomendó un ataúd de fuego
en el fondo de una papelera ardiente y fogosa
las cenizas del papel cremaron cada línea
de sus huesos
y para siempre se perdió su pequeña grandeza

***

ÁRBOL GENEALÓGICO
Vengo de dos seres perdidos
en el tiempo entre las hojas
musgos y flores que no vi
donde fundaron una casa grande
de barro y juasjua que las sabias manos hicieron
parecer un pan de horno
En mi árbol genealógico se fundieron las estrellas
como esos fulgores de medianoche
en las plazas y las sangres
se suman unas a otras
como si vivieran una eterna primavera
Sin embargo
es ahora en mi otoño que veo lo triste
y la gloria de estas raíces sin fondo
entre duras rocas y peñascos
entre vientos torcidos y bifurcadas ramadas
todas en una misma herida
todas en una misma lágrima
todas apuntando al mismo ojo
frente a un cristal cuyos reflejos quizás me
lleve a la tumba
Mi árbol genealógico ha dejado a mi derecha
muchas mujeres tristes y solas
muy pobres de peculio y lenguas largas
de jugar al ocio y contar la vida que pasa inexorable
y lo que no ha sucedido
pero hermosas en sus enigmas porque no hay
otras iguales
A mi izquierda este árbol extraño y único
dejó fantasmas que vi pasar un día en ataúdes
de madera pobre
para volverse polvo en el fondo de la tierra
sin que haya podido ir a buscarlos
para besarles la mano
Entre aquel follaje y el que ha crecido en las horas
más recientes
me he vuelto un desconocido
Un día me saluda una linda princesa
que dice ser mi prima tercera y de más lejos
y otro día me saluda un espigado jovenzuelo
que lleva encima el pico de los pájaros
que no conocí
Mi árbol genealógico está sobre un río y una colina
bendecida por trinitarias y araguaneyes de oro
que beben del vino de la tarde como bebieron
aquellos viejos el elixir de los sueños
que nunca me contaron
De este enigma tomo prestados estos versos
para cantarles
y dejar una gota de agua
en el misterio de su única y extraña grandeza
Mi árbol genealógico ha podido existir
crecer y florecer sin mí
por lo tanto no habrá excusa ni pretexto
el día que me vaya a abonar sus raíces
pido simplemente
que otros árboles del gran reino vegetal
me presten su hermosa leña crujiente
para fundar la hoguera que haga de mis huesos
el perfecto estiércol de mis cenizas
para abonar las raíces de donde salí un día
sin saber cómo sería mi fin
Luego dirán mis biógrafos
—Nació de la nada y volvió a la nada
y alguien les creerá
—Pero dejó un hijo y una hija
dirán los incautos
y un nieto tocará la guitarra
para decir mi nombre
y todo lo demás será olvido

***

LA CASA DE PALOMARES
El gran poeta Ramón hizo un páramo a su merced
Le pintó rosas azules para estrenar los cielos
Le puso una cascada que no para de llover

Metió libros y aloe al fondo de la vivienda
adornada de tulipanes y unas moras enormes

Todo lo hizo a mano
los árboles
el río
la diminuta colina

Pasó las noches enteras tomándose el café
el vino de la bodega y los versos más sublimes
Ah Virgilio Ah Garcilaso
Ah Píndaro Ah Homero

Invitó pájaros mansos a desayunar en su mano
y una risa feliz bajó hacia todos los campos
—Buenos días paisano, le dijeron tan sonrientes
y al regresar por la tarde sus sacos estaban llenos

Una pequeña sala prestó su madera cruda
para verle descansar

Trajo una dama feliz para cantarle arrullos
para plantar trinitarias
y otras matas tan bonitas
y díjole mi luna, mi llama viva
—Mi María Eugenia.

Hizo un reino en su mirada y en las dalias del jardín
luego montó un viejo auto y se alejó en el camino
que llega hasta lo remoto

Se le miró como a un pájaro metido entre las nubes
en medio de La Culata
donde el Hotel Valle Grande

Por allá miraba hacia Escuque
ah noble su reina Icaque
y dejó las cuitas de Humboldt en tan alegre provincia

Un tigre, una mapanar y unos granos de maíz
se adueñaron de la tierra hacia los valles tendidos

Todo creció en el rocío y hasta los hijos crecieron
—Tú Gonzalo Tú Leticia
y antes tú mi María Polimnia
y después tú Laurencio José
Sos la huella bendita de todos mis paraísos

Buscó barcos desde las cúspides con el ojo del gavilán
a lo lejos los mayas prendieron velas de cera
Buscó ostras en la mar para adornar los altares
y pudo calmar pesares ocultos en la maleza

Todo fue luz y esplendor cuando la casa dormía
si alguna luz se apagó fue cuando se quedó sola
Un cocuyo florecía a ratos entre la penumbra
porque ninguna estrella deja de estar ausente
Cuando cerró las alcobas y los gallos cantaron
había otro paraíso
completamente rendido
en las plantas de sus pies.

Todo un mundo se ha juntado para la bienaventuranza
tiernas las aguas del Chama son un canto en do menor
arriba el río Albarregas es fría caricia en la piedra
como si algo de Pan de Azúcar y la soledad de los ángeles
cayera de pronto en el pétalo que muda el atardecer

Tantas sílabas tiene un recuerdo en mitad del alma
ojos de colibrí
praderas del Sur
la mano en el barro y la bruma en lo hondo

—El origen de mi tierra es ´Lugar de plumas´ —díjose
Acaso un patiecito para desyerbar, Juan León

Para todos los amigos que me fueron visitando
doy como pan esta luna
Para los que ya no están es la vela de las ánimas
Todos sus cantos me pertenecen y voy saliendo a sembrar
que cuando alguien regrese tan sólo consiga paz
y la casa de Ramón, que es mi casa para ustedes,
tenga el manto colorido de todas las guacamayas

Ya el sol no dirá que no
aquí nadie estará solito
Hasta la puerta me llevo y entrego este mundo abierto
hecho de los corazones de todas las mañanitas.
—Pásate adelante paisano.
Venite hasta aquí conmigo.

***

SOLITARIO Y FELIZ EN LA CIMA DEL EVEREST
Esta diminuta roca es la cima del cielo
buen lugar para leer cartas de amor
despejar la mente
mirar lejos
y oír la brisa helada

A las 3 pm
descienden los espíritus del viento
y lo blanco suda su heladura
el lejano hogar es apenas una coma a pie de página
y la infancia una aventura imperecedera

Desde el Everest
toda palabra se redime al ojo

La línea del vacío
se pierde en la noche
y no vuelve

En el Everest solitario y feliz
las amadas son banderas a la vista
para decir un adiós
y descender a la velocidad del rayo
para una caricia furtiva
camino al abismo

Diminuta roca para un punto
y aparte.

El Everest

***

PIE CALIENTE PARA SALUDAR EL AMANECER
Tres letras dentro de mis pantuflas
(dos vocales una consonante)
salen andando hacia la nada La temporal secuencia
Cómplice despunta el sol El satélite envía la hora

China amanece cuadrada Nueva York ovalada
París es un ángulo obtuso Madrid una cuadrícula
Sao Paolo musgos y plumas
Montreal hierve en hielo

La casa tiembla en la llama de la estufa
cae alguna hoja arrepentida del árbol
los perros ponen su excrecencia en la plaza del héroe
los niños corren hacia sí mismos
La diversión empieza
se ha dado en girar el mundo en su hora

Es real
alguien apaga en su alcoba su último suspiro
los amantes terminan su mentira fugaz
los transportes se mueven
juegan a la guerra las luces del semáforo
la pista está disponible para el próximo avión
crucemos la línea La delgada línea roja
Llegó el amanecer
Cuando llegue la noche
seguimos de regreso

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