literatura venezolana

de hoy y de siempre

Poemas de Jhon Gallardo

Ago 8, 2023

Laguna de Tití

Te reconstruyo con moléculas
de sangre que le robé a unos
puri puris mientras dormían,
te reconstruyo empatando tus orillas
con los bejucos del kaliebirrienae,
para que seas la sábana de retazos
que me proteja del verano de mariposas,
tábanos y polvo. Sumergido en tu misterio,
ahogado de vida
mientras sé que me guardarás
en el más incógnito de tus silencios.

***

Más distancia

¿Qué dice esa huella en la orilla?
Que llegaste o te fuiste,
lejos ando y no hay cerraduras en la churuata.
Cucuritos en violenta agitación
protegen el misterio de tus andanzas.

Una cercanía abstracta inunda mis ojos,
nadando el guarapo del balatá
amarrado con chiquichique
a ese contorno de alucinaciones;
mi pensante se va fundiendo
en el aroma de la caraña que vas quemando.

¿Qué me dice esa huella?
Que está aquí, que estás allá,
que vas pareciéndote a un comején.
Oculto entre mis venas
comiéndote mi corazón de palo.

***

Poema que alimenta

La inspiración cae en micro plasma.
Millones de poemas
se desplazan por la atmósfera.
Tomo mi arma como un yanomami,
preparo la cerbatana,
me pinto para la cacería.
Los preciso en el aire
un dardo certero los atraviesa.
Exhalo los símbolos; he allí la caza,
unas cuantas líneas legibles,
fruto del esfuerzo,
queda satisfecha el alma,
así es el alimento del vate.

***

El poema que se me olvidó escribir

Recurres a mí,
acaso logró significado lo que soy.
Puedo decir que existo al fin, tenaz mundo el material,
vagué en la pista del inconsciente, fui un pensamiento
casi fui perpetuo en la oscuridad,
pero ahora he nacido para terminar.

***

Luces muertas

Un desconcierto de luces titila
haciendo un espejismo espectral,
se agitan en un baile orquestado con los ramajes,
usan un camuflaje para no fenecer.
Son apenas chispitas en los días grises
bajo los manakales mueren de espasmos
y en las piedras se sientan deprimidas de
estacionarse.

Se piensan indestructibles al besar las tinieblas,
orgullosas posan su lengua en las pupilas frías.
Alucinaban con el infinito las tontas luces;
no saben que al ir por el aire
desde la oscuridad del suelo
nadie las ve.

***

Desapego

He amarrado el viento que embiste a los ríos
desde una proa divisé su dimensión,
con un bejuco até sus extremidades
y dejé que alzara vuelo como un papagayo.
No sé si encuentre final, solo sé que está atado a mi
voluntad,
guardo un poco de su brisa en una cesta de mamure,
cada que el mundo sofoca
suelto cuerda y dejo ir su barbarie.

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