literatura venezolana

de hoy y de siempre

Poemas de Eleonora Requena

Mar 27, 2022

Gárgola  

Hubo el sesgado aplomo

de un silencio

y el recuerdo de palabras

cuando el sueño

cabalgaba en su abandono

Anoche

como toda noche

espiral resquebrajada

y en el fondo de los párpados

espejos

Hubo el fuego y la certeza

de otros rostros

que soñaban

y un letargo

de la mano del terror

y un foso

Diez notas al margen de una página en blanco

1. Viejos ardides, nuevos artilugios

2. Se trata de una trama entre dos ausentes

3. Prefiero la periferia a los bordes

4. Aquí sobra todo el espacio

5. Nada se escapa de estas cuatro esquinas

6. La sequía es un fenómeno atmosférico

7. ( )

8. Los sorbos de whisky son la aliteración

de lo no dicho, no escrito, callado

¿previo a un grito?

9. No hay texto, ni pretexto

10. Sí, no se entiende nada, ya

Ebriedad 

Si en mi ser un artefacto de uso un bledo mi mente

un arrecife edificara y las horas de cordura testigo de

(ebriedades fueran

si mis manos construyeran el más precioso trueno

(yo mi piel suave

como respiros de ballena mi no memoria que del

(vientre yo recién nacida

tuétano inconsulto riego de los dioses flora En mi

(silente espera de lágrima

ensordecedora iría a meditar con los delfines de mi padre

¿vale un peso

un real tu semen ciego? Yo a fiel, la traicionera he de

(regar tu nombre

por mis campos Sí y al sol dar esta ofrenda un

(vago rastro

del acento que me has dado Tú mi padre muerto

(entre mis sueños presentido

espejo de mi cal abierta al mundo rojo en mi memoria

bloque de siniestro hielo.

Débiles instancias

Enumerar anímicos pasajes de la vida adentro de una casa a punto de desplome

Capturar las formas vagas que la bruma cerca

Los obreros de la construcción vecina taladran las aceras por
donde jamás pasé, las fabriles sierras han sesgado las cabillas,
un polvillo flota hasta caer sobre los libros, las tazas, el piso

Quién hace tanta bulla, y ni deja
testar las islas que van quedando

Los amigos tienen cara de metralla

Dormir conforta a los desesperados

No es de tu interés mi incoherencia,
dice quien arguye sus minucias

Las uvas verdes cuelgan en racimos desde siempre

Depurar, decías, entre los escombros

De Sed

Te preguntas para qué has de escribir
si ante el libro de poemas predilecto
todas las palabras nombran lo que
tus sueños dibujaron

y estas pleno de imágenes ajenas

te conmueves con un mínimo sonido
el soplo de las cosas persistiendo
mientras entras en la tarde
y ya es imperativa tu renuncia
entonces entiendes que callar
es el poema

De La Noche y sus agüeros

Los que ausentes,
los que huimos y amañados
por las sombras
escupimos
a la noche,
los despiertos,
le debemos a los trinos
la sonrisa o el aliento,
en tanto
al otro lado
de lo inmenso
las pequeñas aves
arman su revuelo,
lerdos nos sumimos y aguardamos
el despliegue
matinal,
la luz que crece

Sobre la autora

Deja una respuesta