arriba
cuadriculada la noche
y me pudro
andar
esta cordura enferma
la he olvidado.
donde el costillar no retumba,
no vibra.
Mordaza de viento comprende
el instrumento está hueco
la boca hinchada
el pico horadado
No tengo plumas, ni patas
y me aviento,
me aviento inerme.
mi seno lácteo, pálido, acuoso.
Vi tu boca oscura tragarlo
Vi tu labio inflamado de deseo
y mi seno invertido.
Sentí tu piel en contraste con la mía
y tus ojos yermos.
Sé de ti a mis anchas,
cuando envuelta en tu enormidad te contemplo.
porque has habitado aquí dentro.
partí esta cáscara deforme
en dos quebré,El recorrido se hizo doble:
uno áspero y poroso
otro almendradoAceitosa ánima en busca de sí
para partir cabeza, pecho y nuez.
Toronja
Lastre, estas caderas con muslos
empujadas por el peso,
por la inercia
Andar vientre arriba, hombros holgados
¿a dónde?
Si la ruta abre una enorme toronja espiral.
A deshoras marcho, agria, en la noche tibia
cárcel mi cuerpo
voluta las ansias
Desgano,
este fruto poroso ascendiendo.
del silencio, franja de madrugada hacia el bullicio vespertino.
Pocas aves surgen del mutismo, condenan al tiempo a un apresurado trote urbano: el murmullo que pulula en la ciudad, cuando se observa y oye desde una cima distante.
Si la temperatura transcurre y arrastra consigo luz, aroma, sonidos
Si el tiempo es conjunto y cómplice de esta corriente
Si el cauce reverdece y enmudece
Más que cíclico es continuo este agónico suspenso por un nuevo día
Y la línea se hace longeva y finita,
abrumadora pesadumbre.
Espesa intemperie que delimita el fervor de los suspiros,
la mañana.
Este punto cero y continuo donde yázgome pálida de incertidumbre, sin centro ni féretro.
por el contrario, traza mi pupila de una densa armonía
hasta cobijarla el cansancio.
Haber retrocedido al abismo ha convertido la continuidad
en una festiva alabanza,
pero ida y queda
la muerte tantea un secreto regocijo:
La partitura de la ausencia,
mi trayecto,
silueta elucubrada
mientras caminaba despierta.
Agotarlo todo,
sumirse en la hechura,
avivar la candela hasta carburar.
Caer
no sacia esta silente delicia
por desaparecer.
Valdo
Te recuerdo
daba por sentado tu permanencia,
sobrestimaba tu urgencia.
Fue tu muerte la decadencia de esta cúpula informe
que me revestía.
Jamás
pude descifrar por qué hurtabas mis nombres
vestías tu aparición de mis símbolos
…tan evidente.
Enroscado cual cochinilla de humedad permaneces
bajo tierra.
búsqueda sublime de paz
truncaste la vereda y poblaste los males.Anoche pendían mis piernas de mi voluntad,
la paciencia se hizo perro.
Ejecutaste mi idilio, te repito
Y venero tu ausencia como el garrote violento
que perturbó la continuidad
Padezco una marcha de súplicas,
lamento que mi sien no desborde sus sesos.
Mis manos enhebran, palpitan, masturban
la cotidianidad, porque las voces callan
de noche
muy tarde
cuando el plomo se me hace víscera,
cansancio
y simulo la paz,
un intervalo de muerte.
