La otra costa
Rubi Guerra Yo me vine de Manicuare huyendo de un hombre. Ya no era una muchacha; tenía mis años. Puedo decir que comencé tarde en la vida. Claro que no…
Dos cuentos de Oscar Marcano
A los que nunca terminaron nada Eran las 11:00 am y ya estaba clavándome puñales en el bar de Tony cuando la vi entrar. Llevaba un vestido rojo y zapatos…
Fotonovela
Rafael Victorino Muñoz Primera toma (con subtítulos en español) Paso la fotografía. Veo la que sigue. Ese día estuvimos en el Gran Danés. Yo pedí estación Alemana y ella estación…
Dos cuentos de Jesús Puerta
Sobaco e tigre Todos huyen cuando Goyo atiende el teléfono, arruga la nariz como si le hubiera golpeado el ventarrón de una hedentina insoportable, abre los ojos desmesuradamente, contesta con…
Las ovejas y las rosas del padre Serafín
Manuel Díaz Rodríguez -¡Ya lo traen! ¡Ya lo traen! -¿Por dónde? -Por el cementerio. Dicen que lo alcanzaron en el cementerio. La multitud, fatigada, nerviosa de tanto esperar, se arremolinó…
Dos cuentos de Salvador Garmendia
El aire transparente del domingo Dedicado a Guillermo Meneses, a quien corresponde la paternidad de este relato. El taxista vio la anciana parada bajo un árbol al borde de la…
El inquieto anacobero
Salvador Garmendia —No, yo hace muchos años, muchos que no veo a Daniel —dijo el gordo y se espantó una mosca que le andaba por el entrecejo. —Ni siquiera sabía…
Dos cuentos de Rufino Blanco Fombona
El catire A partir del caserío de la Urbana, Orinoco arriba, hasta el caserío de Atures, toda la vasta región que se extiende desde la margen derecha del gran río…
Dos cuentos de Julio Rosales
El can de la medianoche —¡Ayayayaaai…! Un grito de espanto desgarró el negro silencio. —¿Ha oído, mamá? —preguntó la joven en la oscuridad del aposento. De la otra parte, sobre…
Las dos Chelitas
Julio Garmendia Chelita tiene un conejito; pero Chelita la de enfrente tiene un sapo. Además de su conejito, tiene Chelita una gata, dos perros, una perica y tres palomas blancas…
Había una vez un cuchillo
Rafael Victorino Muñoz Le causa pena haber dejado la fiesta, justo cuando la gordita pecosa estaba a punto de hacerse atractiva gracias a las bondades astringentes del alcohol, justo cuando…
Tríptico del amanecer
Ramón Díaz Sánchez ¡Oro! ¡Oro! ¡Oro! —¡Alonso de Campos! —¡Presente! —¡Pedro de San Martín! —¡Presente! —¡Iñigo de Bascona! —¡Presente! —¡Hernán Pérez… —De la Muela —completó el interpelado con voz enfática—:…
Dos cuentos con gallos, de Arturo Uslar Pietri
El gallo —¡Guá! Ese como que es José Gabino —dijeron las gentes al mirarlo en el recodo. —Sí, es. Mírenle el sombrero. Mírenle el modo de andar. José Gabino, con…
Los troyanos en casa de la abuela
Radamés Laerte Giménez Y pensar que por esta vía el rocío juega con la serenidad de los viajantes. Desciende calmo sin traslucir el engaño. Calmo y silencioso, aunque no así…
583104: pizzas pizzas pizzas
Slavko Zupcic Llegué a Barcelona en Marzo del año pasado a punto de cumplir 23 con la intención de asistir a la boda de María Gabriela. Cerca de la Residencia…
El difunto yo
Julio Garmendia Examiné apresuradamente la extraña situación en que me hallaba. Debía, sin perder un segundo, ponerme en persecución de mi alter ego. Ya que circunstancias desconocidas lo habían separado de…
Dos cuentos de Luis Britto García
Helena Un papagayo se hace con papel y verada. Los demás niñitos decían que yo estaba enamorado de Helena. Se toman las veradas se ponen en cruz y se amarran…
Fuga de paisajes
Ramón Díaz Sánchez Ángela Rosa Pérez llegó el año 17. Las primeras cabrias comenzaban a alzarse sobre la tierra caldeada y sobre el lago bruñido, como una inusitada vegetación. Árboles…
La hora menguada
Rómulo Gallegos -¡Qué horror! ¡Qué horror! Clamaba Enriqueta, con las manos sobre las sienes consumidas por el sufrimiento, paseándose de un extremo a otro de la sala, impregnada todavía del…
