(Caracas, 1920– La Victoria, 1976).
Fue un factótum tanto de la literatura (escritor en prosa y en verso, de cuentos, obras teatrales; periodista, poeta y humorista) y de la vida, pues desempeño diversos oficios en la calle, hasta que los azares lo llevan a trabajar como empaquetador en un diario y de allí incursiona en el periodismo. Fue reportero de los diarios El Nacional, El Universal y Últimas Noticias; también fundó y formó parte de la redacción de diversos órganos impresos como Fantoches, La pava macha, El tocador de señoras y colaboró con El morrocoy azul, entre otros. Conoció brevemente la cárcel, en 1940, tras una demanda que interpusiera el Concejo Municipal de Puerto Cabello debido a un artículo suyo. Vivió en el exilio entre 1955 y 1958.
Entre sus publicaciones destacan: Aniversario del Color (1943), El Transeúnte Sonreído (1945), El Ruiseñor de Catuche (1950), Poesía para colorear (1958), El burro flautista (1959), Caracas física y espiritual (1966), Vida Privada de las muñecas de trapo (1975), y el volumen Humor y Amor de Aquiles Nazoa (1970), compilación que reúne la mayor parte de sus trabajos. Aquiles Nazoa es un versificador natural, de una escritura que apuesta por lo simple, pero no como una pose sino con autenticidad.
Decir que su obra proyecta los valores de la cultura popular venezolana sería incurrir en un lugar común; sin embargo es inevitable aludir a esta condición de sus textos, ya que tal es la esencia que los define. Visto en perspectiva, subyacentemente se entrevé alguna crítica social. Aunque sus textos, también, están llenos de resonancias y referencias de otras obras y autores de la literatura universal.