Esa ventana en el cielo
para irnos a otra parte
se llama luna.
La noche nos hunde.
En el sueño somos
la mitad que nos falta.
Y la muerte
pasa a veces
tan cerca
y uno no sabe.
los impostores cantan
el himno de su ejército
te persiguen
por zaguanes
y almenares
tú te atas
al mástil de tu cuento
y yo te espero
incandescente
como el carbón escarlata
debajo de la basura
de nada sirve oponer resistencias
inútil esconderse
en el cuarto de derrota
huimos del abismo
y no queremos ver
un barco detenido
es la cifra absoluta
de su carga
el derrotero no conduce a parte alguna
pero llevamos en la alforja
la llave de la casa
una maniobra estúpida
una melancolía anticipada
no basta cruzar
la zona de peligro
el mar abierto
y oscuro
aguarda nuestra oración
existe siempre algo
que nos salva de algo
aunque no entendamos
confórmate con vivir
desde la palabra
no en la palabra
lo que no está escrito
aún espera
La muerte
es algo
que sucede
a los otros.
Pero esta tarde
una ausencia
fue suficiente.
Una palabra
puede ser la última.
Y esta línea
