literatura venezolana

de hoy y de siempre

Alcor (selección)

Ago 17, 2025

Pedro Pablo Paredes

Ventanilla

Diminuta ventanilla
abierta hacia donde, breve,
fulgura la maravilla:
la ciudad, la niebla leve,
el río, por cuya orilla
van tus pies, mientras el verso
toma castillos de,gozo
para que, en su fondo inmerso,
sólo habite tu alborozo
ese diáfano universo.

***

La ciudad contigo

La ciudad, contigo, es una
nueva ciudad. Va la brisa
cantando. Sale la luna
cantando. Llevan su prisa
las aguas ya sin ninguna
prisa, por entrañar, sola,
tu imagen. La ciudad suelta
sus pájaros. Y enarbola
su afán de ser -cual tú- esbelta
llama, dulzura, corola.

***

Pájaros

«Mira los pájaros. Mira
sus plumas de luz cambiante».
MANUEL FELIPE RUGELES

Se encienden, entre las ramas
del sol, del reverberante
sol meridiano. Ya llamas,
atraviesan el diamante
del aire: ¿qué panoramas
buscan, raudos? De repente
sus trinos. (Se tornasola
la tierra, plácidamente).
¿Y los vuelos… ? iQué aureola,
trémula, sobre tu frente!

***

Manos

Aves. Signos. Devaneos
del aire hacia los arcanos
recónditos. Los deseos
y los suspiros: tus manos,
hechas, ya, sólo aleteos
por el aire… Si en la mía,
posadas al fin, ¡qué nudo,
contra el tiempo, en esa vía
donde el tiempo ya no pudo
nada contra la alegría!

***

Huella

Voy y vengo. Doblo esquinas
soñadoramente. Miro
todo el asombro en sus minas
asombradas… ¿Qué suspiro
escala torres, colinas,
miradores, ya? Si aquella
niebla es sueño: si la fuente
recata, sutil, su estrella
pensativa, del relente,
¿no es que va en todo tu huella?

***

Niebla

Sutil que va la mañana
enredándose… Sus flecos,
ya en el alcor, en la caña,
donde palpitan los ecos
más hondos de la montaña:
en todo. Y tú vas y vienes
conmigo, entre tanta, albura,
más alba aún, porque tienes,
también, la niebla -a la altura
de los sueños- por las sienes.

***

Flor

¡Qué esbeltez de lumbre y valle
florecida sobre el río!
¡Qué afanes los del rocío,
enamorado, en su talle!
¡Qué aromas los que hacen calle
para que pase! Qué vuelo,
Qué tremolación, qué anhelo,
por sus sienes, los del día!
¡Qué alegría, la alegría
con que fulge bajo el cielo!

***

Grillo

Mira: la sombra condensa
sus círculos, en batalla
contra todo. ¿Quién no piensa,
quién no sueña, quién no calla,
rotundo -conmigo, tensa,
¿qué aguardas?-, por el anillo
lunar: en ese derroche
de fervor, de intenso brillo,
con que, al fondo de la noche,
palpita el alma del grillo?

***

Mar

Abro, de pronto, a miraje
de mar -la música- ojos
férvidos. Del oleaje
-contra azules, entre rojos emerges
sobre el paisaje
luminoso, luminosa
mucho más tú. ¡Qué certeza
la de la maravillosa
perfección con que, en belleza,
esculpe el aire tu rosa…!

***

Presencia

«contigo siempre»
ANTONIO MACHADO

Lejana: por la constancia
con que el corazón -ausente
también- asume la instancia
que ya ahueca, por la frente,
el ala hacia la distancia.
Cercana: por la hermosura
que toman ciudad y monte
bajo tus pies, en la pura
raya donde el horizonte
reduce a luz tu dulzura.

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