Simón Zambrano
X
Que llamo solo
que me apretujo
que de la iglesia
vengo
no como antes
ni más lejos
pura saliva.
XI
A veces silbo
para encontrarme
me busco en lo quemado
en lo que más estorba
doy los pasos
como uno solo
cojeando
y no hay apuro.
XX
Aprehenderse
como en botón
saliendo de la rueda
todo nos perturba
en lo que somos
puro espinazo.
XXI
Más silbato
en la hoguera
que todo es falso
¿ de dónde viene el hongo ?
¿ por qué esperar tanto ?
caracoles asesinos.
XXII
Tocado por algo
fue más oscuro
la sinfonía del hueso
clavada en la hendija
un zapato crudo
y él batallando
lo consiguieron abierto
cerrando el paso.
XXIII
La espina de lo tarde
el bostezo y la viudez
de lo amargo
un rato largo
revuelvo la sombra
y me tapo la piel
váyanse todos
aquí yo escampo.
XXIV
De lo terrible
he nacido rojo
en la espesura
se dilata el vaivén
parto lo más sagrado
y empujo
todo me pertenece
también el oro
nadie se fue.
XXV
He tocado más allá
de lo posible
he respirado los humos
de un largo puente
y me abro
a no decir todo
lo que quiere
culparme.
XXVI
Si soy de mí
no lo oculta el ojo
la terrible sorpresa
en el rostro de nada
mastico semillas de sol
mientras aborrezco
la noche
dura, insensata
que me arrastra.
XXVII
Vine a oscuras.
Solo él sabía
el pacto
me mira desde más alto
y un aguijón
rompe el techo
lo que cuelga
es letra
oxidada
en la semilla.
