BOLSA DE HUESOS
Acuesto la cabeza,
no siento la suavidad
de mi carne acolchada
que se funde con el cojín
sino un contenedor duro
que no encuentra reposo.
Salto y los resortes
de mis piernas no amortiguan
el traqueteo de la bolsa de huesos,
cualquier arañazo
rasga el papelacho de mi piel
y mana una sangre acuosa.
Se marcan aún los sitios
del deseo en mi cuerpo
pero su lumbre se está apagando
y en los puntos de generación
-coronilla garganta corazón –
se refracta por momentos un arco iris.
Si el sol favorece
el bulto se siente entero.
***
LAS FLORES
He vivido las flores
perdiéndome en el corazón de sus trompas
traspasada por sus lanzas
brillando en sus soles.
Luego descendí por los tallos
y los troncos macizos,
nadaba en las mareas de la savia.
Y ahora con las raíces
me hundo en el barro de la fuente
el oscuro humus que germina
y descompone.
***
GAIA
La esfera azul veteada
fijó sus coordenadas en el espacio
reguló su horno y el chorro de las aguas
concibió células vivientes estrellas
marinas extremidades peludas
espinazos vasos sanguíneos
y el ojo
esfera igual que ella
para contemplarse a sí misma
su manto su aire su prole
con precisión de cazadora
con amor
Los perfiles exactos apasionados
de búfalo y caballo en las cuevas
conjugaron matar y amar
Desde entonces el ojo
se ha ido anublando
velando endureciendo
la superficie se hace quebradiza
ennegrecida por tantas muertes
fuera de la ley
vaciado de amor
el don de la vista se retira
***
HIJO DEL HOMBRE
Tarde gris humo
amenaza de fuego bajo la piel
las hojas de los naranjos se arrugan
el polvo opaca las flores que resisten
y cuela entre los pliegues del cerebro
me molesto comienzo a gritar
me oyen sólo los perros
no acepto no termina así
En mi cabeza en mi corazón
se forma una capa de terciopelo vivo verde
entre esa grama se incuban huevos
de cada uno sale un pequeño dios
Dentro mi pecho crece uno
alimentándose de mis entrañas
fortificándose con mis huesos
bello y alto como un árbol
es el Hijo de Hombre
y todavía blande su espada
y todavía promete justicia
***
LA ESPOSA DE TÁNATOS
La esposa de Tánatos
duerme en su alcoba,
la cama es suave y floreada,
el rostro asoma en un nido
de seda y terciopelo,
respira bajito.
A veces la piel lisa
y los párpados tiernos
son de recién nacida;
luego los labios enrojecen,
el pelo vibra sutilmente:
¿espera que la despierte
la voz del amor?
No se sabe la hora,
al fin abre los ojos
en la cara morena arrugada,
sonríe con compasión entera
al transeúnte aturdido
como diciendo mi abrazo
es la promesa que te acompaña
hasta el límite.
***
CREMATORIO
La piedra afirma el cumplimiento
de mi alma mineral,
más adentro solo está el fuego.
No es infierno aunque lo habita
lo oscuro tornasolado
del ojo de Lucifer
y ruge como el incendio
de la ciudad apestada;
crece y revienta las fiebres,
entonces brilla como el horno del pan
o el fresco sol de la mañana.
Al final quedan las brasas
y la luz absoluta.
***
SEÑOR TÁNATOS
Usted, señor, vive (o no vive)
en una frontera fantasma
entre la nada impensable
y todo el resto.
veces los dedos de sus pies
en un descuido ¿no desaparecen
en el otro lado?
¿Cómo hace para retirarlos
–enteros o descompuestos–
a esta orilla donde no existe
sino virtualmente?
No le niego su poder,
en el coito en el rezo en el pan
se instala su garita,
deseando o aborreciéndolo
hacia allá vamos todos.
Hasta el tigre.
Cuando se le acerca la maravilla
de rayas encendidas y garras fieras
¿usted no siente pena en quebrarla
contra ese muro hipotético?
El día en que les toque a mis perros
(des)conocer el último trayecto
acójalos por favor con cariño
empújelos suavemente
hacia ese silencio.
***
LA TIRANÍA DE LAS COSAS
La tiranía de las cosas
cepillo de dientes jabón para platos llaves del carro
me manda a subir escaleras
de significados contingentes
hasta niveles de comprensión
donde la verdad es limpia
El aire depurado
del discurso simbólico
me ahoga me hace disolver
las jerarquías de la visión
en peine matero cuchara de palo
por compañía en la planta baja
de mi cerebro
Luego están los otros momentos
el tordo que da saltitos en el techo
al amanecer
las olas bravas donde la tormenta
batió la cola
no necesitan elevación
ni deconstrucción
solo cantan
***
SUEÑOS DESPUÉS DE VIAJAR
Dos o tres veces cada noche
el tren está saliendo
de la estación sonora
estoy sentada en él lo perdí acabo de llegar
parada en el andén con el montón de mis maletas
o el barco está llegando al puerto
el avión despega o aterriza
vigas titánicas sostienen el techo del terminal
hormiguean multitudes
se transforman en campo verde de lechugas
Estoy ansiosa aburrida atareada
me asaltan una y otra vez
las mismas imágenes
De repente una figura distinta
imponente colorida
cruza destellando la escena confusa
se hunde en los parajes inferiores
de mi mente donde los ramos de la devoción
esperan para injertar recuerdos
pulirlos darles nombres de dioses
mandarlos de vuelta por el tallo del cerebro
para contarme cuentos
***
RESTOS SUBMARINOS
Sólo materiales feroces
sobreviven en la capa más profunda,
gemas gastadas, residuos
inalterables de la corrosión.
Hundida miles de tempestades más tarde,
una vajilla de porcelana
celebra la constancia
de los modales humanos.
A las paredes de naufragios más recientes
se adhieren banalidades;
allá no hay perlas que alumbren reinos.
La nostalgia no vale la pena rescatarla.
***
KARMA
¿Quién soy yo para heredar
la esencia de una vida pasada,
un proyecto que valga la pena continuar?
Soy nadie, nula en el centro,
una cáscara hueca que rebota
en la corriente cósmica.
Tantas malas muertes
sueltan virus en el campo de la tierra;
se cuelan por el amasijo entrópico
enviando paquetes de imágenes
a centrales ávidas en el cerebro.
Yo capto fragmentos chinos,
tú agarras joyas etruscas,
alguien se hincha de divinidad.
Todo es ficción.
