María Auxiliadora Álvarez
nos quedamos
para que no te mueras
para que no sepan que nos fuimos:
esas cabezas rodando por el suelo
esas quijadas babosas como bocas de animales sonreídos
de tu casa
donde la carne
como bulbo irregular
como salido de la tierra
para que no te mueras
de muerte o de miedo que ta dan las cabezas con sonido
Más vale enterrarla
para no verla viéndonos de esa manera
tan ojerosa
tan bruta
***
mamá se fue
tarda muchos años debajo de su puerta
saliendo agua roja
papá la maldice
antes de irse mamá ya no hablaba
no abría los ojos
después cerró la puerta de su cuarto
y no quiso volver
detrás de la puerta nos llama a veces
y nos grita un cuento de una casa de dulce que se come
y llora amargamente
y se ríe
y se oyen cosas que se quiebran
y mamá habla por ratos ronco como un hombre
como una noche lejos
y la oímos rasparse
en las paredes
y sale un río de mamá por debajo de la puerta
un río rojizo y triste que no se mueve
***
al cuidado de una madre que era pura gesticulación
Sufrir
por unas cabecitas muertas
que nunca nos moríamos
pidiendo siempre consuelo
y puro comer nosotros
siempre comida sola ropa sola sol solo
porque ella no alimentaba
ni era luz
sino puro pedir ayuda
puro gritar con los ojos
puro pedir más agua
puro pedir más sombra
puro su herida
su rojo adentro
su Señalarse
***
tu ojo
subirá de mí
y estará solo
es desgracia
para el ojo desprendido
mirar
y el árbol muerto
sigue creciendo
su sombra en el suelo
ofrece
frutas
y flores
oscuras
Así el olvido
***
Di la palabra que me nombra
ahora que te volteas
la cuenca de mi ojo
mucho más hundida
Qué sonidos haces
para saber que estoy
Qué repite tu mano
cerrada
para llamarme
sombra Resonancia del suelo
***
La cara muere primero
su lugar se hunde
en algunos de sus huesos
una lengua
recrecida
se debate
la cara muere sostenida
en sus últimas tensiones
su fundido
atento
oye
***
En tu lengua
bebo
el frío
Vuelvo
a comer
de la piedra
que me das
Una oscuridad
en el agua
es mi único
cuerpo
La herida
es
un animal
vivo
en la boca
***
y yo aquí
cayendo sobre mí
o asustando a los niños
o asustando a los perros
Ensordecedora
O yo afuera corriendo
arrancando la grama
las flores las hojas
corriendo
amarga Por los terrenos
lejos
por las últimas ramas
altísima de los pájaros
yéndome
