TRABAJO PARA EL VIENTO
Hay un tiempo de ser,
pero es tan poco.
Una tarde, quizás una mañana,
una etiqueta en blanco, entre dos puntos,
la arena que se escurre entre los dedos
tiene el salobre aroma del naufragio.
Hay un tiempo en el tiempo indetenible
una fracción de luz
un átomo prendido a una pupila
y quizás otras cosas
Hay tiempo de amasar, ¿pero hay harina)
hay tiempo de besar bocas de yeso
bajo un cielo azul de celuloide
Es inútil asir lo que se ha ido,
nada valen los gestos
ni las voces
ni el garabato de la infancia,
nada vale el papel
ni la sangre escondida tras cada palabra.
Sólo vale el instante
eso, que cuando lo llamamos ya se ha ido,
que no se puede atrapar en las cronologías
y hay puertas de ceniza con su nombre.
***
Y DE NUEVO LAS ESTRELLAS
Verde desvelo
el instante feliz,
el precioso
incumplido espejismo
la larga invocación
la ya lejana aurora
la ambarina visión
la razón, si es que existe,
el hálito inmortal
la helada llama
los ojos de un abuelo
el silencio de un búho
la primera raíz
la sombra de una sombra de semilla
los latidos del bronce
la rara timidez de las corolas
el preludio insondable
los primeros vocablos
el gesto no nacido
los hijos que no fueron
el papel que no guarda tus rasgos de ceniza,
Uno, primitivo, solo
regresa
y resuelto a empezar desde el ovillo
antes de la memoria,
hoy y siempre.
***
OTOÑO TRANSPARENTE
En un lento camino
donde la niebla juega con sus manos
para olvidar el tiempo,
donde alguna pisada, llovida de guijarros,
interrumpió
los largos soliloquios del arbusto,
y la tierra se desangra en agua
y limo
bajo la tibia gasa de la hierba.
Donde la sangre misma ha tenido sus charcos
y ha sembrado
los parajes desnudos
los viejos encinares,
donde deja el olvido sus huellas incansables.
Donde el amor vivió una noche de bodas
efímera y distante.
Ese lento camino
poblado de extrañas criaturas con ojos centelleantes
de mágicos cristales
de acuosos espejismos,
se regresó en la nube que lo trajo
una tarde de otoño
transparente
como la voz de un niño.
***
CON LA ÍNTIMA SANGRE DE LA TINTA
Desde hace mucho tiempo
hay un río interminable
del pecho hacia los dedos,
la misión de nombrar
con la íntima sangre de la tinta,
una palabra
que siempre regresaba a mis labios
virgen y atormentada,
asustada de mundo
y la volvía a esconder con avaricia
en el cálido arzón de mi costado,
como una medalla que hubiera recibido
por una intimidad indoblegable…
Desde hace mucho tiempo
sé que mi piel no es suficiente
mis manos parecen afirmar su autonomía,
su hambre milenaria
de pieles y silencios,
de campos siempre tibios,
de humedades sinuosas,
de aceros y fusiles
de hoces y martillos
de cruces florecidas…
La alta presa, la firme ingeniería,
mis estructuras de bruma y de fragancia,
de silencio,
de sombra,
de paciencia inventada,
de voces ancestrales,
de ceniza y de musgo,
toda esa labor de azul tapicería,
de oración silenciosa,
de amante clandestino,
la arrastró íntima en sangre de la tinta,
la sed del papel
que quiere regresar a su autenticidad de árbol.
***
PLUS TAX
Hoy asumo mi tiempo
mi parte proporcional
de vergüenza amarilla,
de ciénaga apestosa,
de alimañas oscuras,
de sonrisas vendidas,
de muertes,
de traición cotidiana.
Hoy asumo mi condición
de voz iluminada,
ya no puedo seguir
en mi verde trastienda
en mi mundo de aroma
de silencio,
de armonía precaria,
ya no puedo negar
de la boca hacia afuera
lo que nunca ha ignorado desde el pecho,
desde la terca angustia de los huesos,
desde mi piel marcada
por el sol y por la tierra,
desde estos ojos que nunca
se han cerrado al filo de la noche,
desde esta lengua que amando tantas cosas
se ha vendido a sí misma.
Ya no puedo negar
de la boca hacia afuera,
este ábaco de infamia
que parece contarnos los latidos,
el oxígeno escaso que nos dejan,
la luz que atesoramos
como un avaro
pobre.
