literatura venezolana

de hoy y de siempre

Rafael Bolívar Coronado

Por: Rafael Victorino Muñoz

Rafael Bolívar Coronado (1884-1924) nació en el estado Aragua. Luego de viajar por todo el país, se incorpora a la vida intelectual de la capital. Empieza a colaborar en El Cojo Ilustrado (1912-1915), en El Universal (1912-1916), El Nuevo Diario (1913-1916), la revista Atenas (1914), El Tiempo (1914), La Revista (1915-1916) y en El Luchador y la revista Horizontes de Ciudad Bolívar (1914-1915).

El 19 de septiembre de 1914, se estrena en Caracas la famosa zarzuela Alma llanera, con letra de Bolívar Coronado y música de Pedro Elías Gutiérrez. El 19 de abril de 1916 gana el primer premio del certamen promovido por El Nuevo Diario, para producciones en prosa, con su página «Corazón». El 18 de junio de ese mismo año parte para España donde trabaja en Madrid en la Editorial América, dirigida por Rufino Blanco Fombona y le sirve de secretario al poeta español Francisco Villaespesa. Colabora en la revista Cervantes de Madrid (1917) y en el diario El Diluvio de Barcelona (1921-1924).

El nombre de Bolívar Coronado aparece siempre relacionado con asuntos un tanto discordantes, conflictivos y hasta oprobiosos. La mayoría sólo conoce un aria de la zarzuela llamada, muy pomposamente, “segundo himno nacional”; que aparentemente disfrutó de buena fama en su tiempo, pero ahora ya casi nadie la recuerda en su totalidad, salvo esos pequeños fragmentos, utilizados normalmente para hacer entender a los indeseables que ya la fiesta se acabó. (Me gustaría algún día averiguar por qué se escogió como símbolo nacional la obra de un sujeto tan dado a saltarse los dictámenes de la moral y las buenas costumbres; tal vez ello diga mucho de nuestra condición como país.)

Pero también su nombre, para los entendidos y conocedores, se relaciona con los fraudes, los plagios y los heterónimos, que son a veces tres formas de nombrar la misma cosa. Aunque algunas de sus obras fueron publicadas bajo su rúbrica y su autoría (probablemente), como Las memorias de un semibárbaro, las más notables y/o conocidas se las atribuye(n) a otros. Tal es el caso de El llanero (rúbrica: Daniel Mendoza), primer texto de sociología en Venezuela; las Letras españolas, atribuido a Rafael María Baralt y las Obras científicas, del mismísimo Codazzi.

En su lista de falseamientos se incluye una serie de antologías de poesía americana,  agrupadas bajo el sustantivo común de Parnaso. Así, se conocen: un Parnaso boliviano, de 1919, atribuido a un médico venezolano llamado Luis Felipe Blanco Meaño; un Parnaso ecuatoriano, firmado por el escritor español José Brissa, director del Almanaque ilustrado hispanoamericano, con el cual colaboró también Bolívar Coronado; un Parnaso costarricense, que, aunque aparece con su rúbrica, incluye, como en casi todos estos libros, poemas suyos a nombre de otros autores e inclusive inventa algunos.

Teatro

Alma llanera (fragmentos)

En Biblioteca

Memorias de un semibárbaro

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