literatura venezolana

de hoy y de siempre

Poemas de Rafael Rondón Narváez

Jun 11, 2024

Nuestro canon

en este país
todos los ídolos fallecen
rotos
parece que las lanzas coloradas
lo hicieron portátil
casi fiebre

***

si alguna vez
hubo un nombre
de santo

si en algún cuarto o reunión
se pronunció
el título
de una calle

o por lo menos
un plano exacto
de esta ciudad

todo eso está borrado

si se buscó una iglesia
para fundarnos
o por lo menos
un mercado

ni en los archivos de Indias
de Sevilla ni siquiera

en la más pobre de las esquinas
de los diarios
queda esa memoria.

***

Bárcenas me inició aquella tarde
en los nombres de los árboles:

me nombró
éste
jabillo
aquél
apamate
laurel, cedro y ceiba

me habló largamente
de troncos y raíces
de oraciones
en lengua lucumí
de crotos
y curaciones

fuimos inocentes esa tarde
y olvidé brevemente
mis dolores

ese día
quise ser un pintor
bajo los árboles
para salir por estas calles
y amar a esta ciudad
de otra manera

***

Salvo el crepúsculo

mientras estamos
en la barra de este bar
vemos pasar los carros desteñidos
(o sus sombras)

las chicas salen de las oficinas
hacia la oscuridad de los hoteles
donde las llevan amantes taciturnos

mientras esperamos
otra canción en la rocola
la mesonera sosiega
sobre los manteles la mirada

allá afuera
la calle sigue en su soledad

a estas horas
casi nadie pasa
salvo el crepúsculo
y aguas negras

***

La casa se yergue

la casa tiene nombres
pero no los uso

tiene en cada esquina
un soporte
cuatro columnas

ya la han fundado
para que adentro
hagamos ceremonia

la hemos hecho
tal vez de adobe
pero también de hierro
en cada imagen

levantada
parece ser más fuerte
que en lo blando de los cuartos

los naufragios
saben de ellos
del llanto
lo insomne, lo terrible

pero pese a todo
la hemos fabricado

la casa se yergue perdurable

***

1842

en esos días
ya casi no quedaba calle
donde guindar
guirnaldas y banderolas

en santa marta
generales se encargaban
del atavío de aquella tolvanera

luego en el mar
corbetas goletas y otras barcazas
viajaban por las costas colombianas

en el muelle de la guaira
se vio a un general vestir de nuevo
el uniforme apolillado de batalla
que estuvo en carabobo
en otra fecha

a la entrada de Caracas
las salvas de bengala
y el paso marcial de los cadetes
hacía más militar la ceremonia

en este país de honras fúnebres
crecían los gestos estentóreos
por el padre de la patria

teníamos reliquias
y era crucial este cortejo

nos definía así
y para siempre
en la pompa inútil y tardía

***

Oráculo

un pájaro a lo lejos
canta
no se sabe
si un augurio contamina
el aire
o en los árboles
deja tatuada una esperanza

no son mortales
sus presagios
no son cristalinos
sus anuncios

seguramente
en otro tiempo
de tebas algunas
razones se tendría
de este enigma
preguntando
qué delito cometimos

***

y en los primeros días
vendrá la resaca de tantas cosas
pedazos de navíos
que llevaban
los aperos para el viaje

saldrán a flote
restos que no esperábamos
inútiles trozos de tablas
emergerán de la corriente del mar
que casi todo se ha tragado

serpentinas de las velas
lo que había en las sentinas
más profundas
del fondo de los barcos

nadie pensaba
que fueran tan inútiles
como ahora
cuando han perdido todo contacto
con el barco y con el viaje

y ahora el náufrago no soy yo
sino estas cosas
llevadas junto a mí
por las corrientes

*Foto: Geczain Tovar

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