literatura venezolana

de hoy y de siempre

Poemas de Mariajosé Escobar

Autorretrato

Fui silencio, sí
y la tarde abrió en mi pecho
la rosa de los vientos
Fui silencio, sí
y conservé intacto en mis ojos
el pulso de la palabra
Fui silencio, sí
fui otra
¿dónde está esa otra que me habitaba?
Aquel silencio no era este
que ahora poseo
no era la calma
que ahora resguardo en mi pecho
entre concreto y niebla
Esto soy
la mansa llama de una vela ardiendo
y su crepitar en mis sienes

***

El silencio

en él reside
la poesía de la calma
Se desliza
en vez de caer vertiginosamente
El silencio
me desnuda lento
como un amante que ha esperado largo tiempo
se detiene en cada pliegue
de la piel
tiene las manos tibias
su caricia es tranquila
de cielo aquareloso

***

Evolución

Violeta violencia
en el temperamento
aguda y abisal
dejando huellas en la piel
y de pronto:
la calma
Silencio y cielo azul
el gesto se relaja
se estiran los brazos
Deshaces el grito en calma
como cuando uno desgaja una fruta
y chupa el zumo
y el líquido corre por los brazos y el cuello
Dejar la concha
arrojarla a la basura
ya calmada la sed

***

Aire liviano

la noche se observa
yo la devoro
habita dentro de mí
la vorágine
pero me aferro a la quietud
El paso del tiempo
ha hecho su trocha
No soy aquella
toda bullicio
que yo era
Aire liviano soy
aire mutado

***

De viaje

Me sostengo la mano
me voy guiando
me explico
los colores de la tarde
tomo nota
de los gestos de los otros
Tengo agua
para calmar la sed
miro al horizonte sin urgencias
Estoy en medio del camino
Yo misma soy mi guía
Nada perturba
este territorio ganado
mi silencio
Nada agrede
la paz que me prodigo
para abrazar a otro
lleno mis alforjas
Estoy en el camino
y no estoy sola
soy mi amiga
soy mi madre
soy mi propia hija
soy mi abuela sabia
No me precipito
Respiro
Respiro el camino

***

En el alambre 

Incongruencia de creerse
uno único
paso tras paso
en el Metro
en la ciudad del sol de cada día
y luego llegas
te bajas del vagón
subes las escaleras
declinas la angustia al llegar a casa
recompones jirones
los lavas
y los pones a secar

Sobre la autora

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