literatura venezolana

de hoy y de siempre

Poemas de Ludovico Silva

CIEGO DE NO SER

Deslumbrándome en hombre puedo volverme hombre,
quedarme ciego de ser,
y esto es lo principal:
asombrarse de la existencia
como se asombra uno de sus sueños;
mirarse bestia
siendo animal que ama y que desprecia.
contemplarse enrejado entre los huesos
siendo una libertad antigua y noble.
Y deshojarse
muy lentamente y siempre
y sabiamente
de este árbol cargado de milagros.

***

ESTO YO LE HE ENTREVISTO

Es triste estar sin algo que represente al mundo
en la grand ciudad solitaria.

Pero tenemos tú y yo, palabra mía,
algo que puede hacer temblar los cielos.
Tenemos nuestra humanidad.
No hay cosa alguna que no soporte el hombre;
no hay la carne incesante
que sacie el hambre nuestra; no hay pan duro
que reviente esta encía furiosa.

No hay ciudad en el universo
que no este sustentada sobre el hombre.

***

LITURGIA

Dentro de este sepulcro,
donde mi humanidad descansa y trabaja;
en esta cueva ebria de dioses, reventado de muertos,
guardo un vino litúrgico.

Después de mi sepulcro, témpano o ciudades.
Dentro de mi sepulcro
avanza la tiniebla con encía de fósforo.

Fuera, el dolor que pasa.
Dentro, el dolor que canto.

***

LAS MISMAS AGUAS

Brilla cantando el arco de tus ojos
y tu cuerpo bañándose en el río;

pasan guijarros lentos y redondos
como signos

y las ramas del tiempo se descuelgan
sobre tu dulce cuerpo sumergido.

***

HOMBRE ATROZ

He visto un hombre atroz, desmadejado,
mirándome desde el fondo de un túnel
con ojos o piedras fulgurantes
y sonrisa de estatua enloquecida.

Sus ojos miran y pasan
como garzas nocturnas
mientras brilla la montaña de oro
en medio de las tinieblas.

Eres la poesía o mi futuro
cantando en la oscuridad,
el hombre atroz que miro en el espejo
cada vez que recuerdo con mis ojos.

***

COLORES

Veo una noche en la que templos cantan,
veo almenas que silban en la niebla,
veo una oscuridad llena de piedras
y recuerdos que vuelven al mañana.

Toda la soledad de las montañas
desciende en negro alud por las laderas
mientras oigo venir la noche inmensa,
catástrofe de luz, ebrias campanas.

Siempre vuelve a mis ojos lo perdido,
siempre vuelve a mis ojos, siempre vuelve
lo que quedó olvidado en el camino.

Y así como lo negro vuelve siempre
a su blancura fiel, es mi destino
secretamente azul, como la nieve.

***

SENTIDOS

Mis ojos nada saben de estas joyas
conque mi alma ha mirado
la soledad futura del recuerdo.

Mis manos nada saben de estas ramas
conque mi alma ha tocado
la tristeza de ser tan solo un cuerpo.

Mi lengua nada sabe de los perros
conque mi alma ha gustado
el licor genesíaco del tiempo.

Mi nariz nada sabe del fragmento
conque mi alma ha olfateado
la vecindad sangrante del espejo.

Mi oído nada sabe
del caracol sonoro
conque mi alma ha inventado
el rumor de la mar ebria de muertos.

***

ADIÓS

Desde antes de nacer, yo sé que el hombre
es un puñado hambriento de materia;
que de las aguas viene iluminado
y se lleva su hambre hacia la tierra.

Yo sé que tú no has muerto,
sé que te puedo amar en cada hierba;
en las plantas que crecen, en los troncos
en las calladas y constantes piedras,
en el álamo aquel que te buscaba,
como si fuese un brazo de la tierra.

En los ciervos que huyen
y en todo lo que queda.

De las aguas salimos, amor mío,
para empapar de amor toda la tierra.

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