Un poema como una bala
Maquillando el cadáver de la revolución
0
él escribe un poema exagerando sentimientos
frente a la máquina de escribir: metálico brillante digo
ardiendo fríamente audaz porque está solo
porque nadie lo ve manipular las máscaras ponérselas
y reflejarse en el papel
la marioneta del terror salta de tecla en tecla: escribe
los amigos colgando de los hilos se animan
y aquella mano plácida pasea la punta del cigarrillo por los cuerpos
él prepara con sospechosa exactitud el decorado:
vaso de vino a la derecha cenicero a la izquierda
la música la luz por todas partes
la máquina a su frente
más allá la ventana las fachadas desiertas evocando
una vaga catástrofe: t rex canta children of the revolution
y polnareff repite nous irons tous au paradis
alzándose
muy poco él ve pasar
las mecanógrafas y tiene ganas
de besar sus pequeñas máquinas portátiles
2
Maquillando el cadáver de la revolución
maquillando a tu madre su cadáver
los hijos de la que nunca vino
los paridos en el aire los que flotan
como ballenas ebrias cantando
toda la hermosura del mundo —dice
el rojo atardecer la roja inmensa madre
—dice el mar los restos de madera podrida
hay que evitarlos en la arena son tantos
ella entonces nadar?
Nadar sí
y también hay cadáveres cuerpos sin ojos
por el aire? cadáveres? de la revolución?
Naciente —dice— sólo naciente
un oso
cruza la carretera todo negro brillante el pelo
tras la lluvia —¡un oso, mira!—
Es capaz
de matarte con una de esas patas tan lindas
—dice pero entonces amar?
Amar o maquillar —ríe y suena falso— maquillar
el cadáver? el mío el tuyo?
Sueña
y en ese sueño nada y en esas aguas húndete
y escribe: —dice: escribe
7
iremos todos a la ciudad
si es que queda algo de ella en pie
saltando iremos a la ciudad
en un solo pie
buscaremos los tres del gato
y en esas mismas condiciones
maullicantando entre las ruinas
nos moriremos
con ocho vidas ya agotadas
una nos queda todavía
basta escribir el verso hallado
como poetas
hagamos algo irremediable
mientras saltamos por el camino
luego a la tumba miaucayendo
y se acabó
12
entre máquina y música: dos fuegos
entre dos fuegos y con los dedos rotos
dedos mordidos por las teclas corren
hombrecitos corriendo en la batalla
desde la altura se les ve muy pequeños
hierve el aire de una tecla a otra
llénase todo de silbos de explosiones
caen avioncitos de papel la música
se adelanta el tecleo éste a la música
entre dos fuegos en la tierra de nadie
retrato del artista como una joven
máquina de escribir: escríbelo
18
los tanques. la ciudad está llena de tanques. pasan
los tanques cargados de muchachas. por los cañones de
los tanques salen ángeles. ruedan por la ciudad
los tanques bajo la lluvia helada de noviembre. en diciembre
los tanques dejan curiosas huellas en la nieve. resplandecen
los tanques en junio. ciegan. tanteando nos orientamos entre
los tanques cubiertos de flores. libertad bajo
los tanques: el arte de atravesar las calles calculando rápidamente el paso de regular
los tanques. / ritmo / tambor. suenan
los tanques. tras la puerta adivino
los tanques subiendo la escalera. amanezco con
los tanques sobre mi cabeza. sueño: hundido en la máquina de escribir veo
los tanques derretidos.
19
juego a ser yo todos los días
juego a ser un cadáver insisto me doy miedo
soy un clarinete aproximativo
y una batería que suena como una máquina de escribir
reventada a balazos
juego a morderme la cara en el espejo.
20
la guillotina cae
sobre la mano que cortada cae
sobre la máquina de escribir
es un método lento
pero seguro
22
pero mis amigos son irreprochables debo decirlo
caen borrachos de los tejados orinan
sobre sus poemas se suicidan
o explican la poética de nicolas guillén
en las comisarías del país
esto y más hacen mis amigos
que son hermosos como locomotoras debo decirlo