literatura venezolana

de hoy y de siempre

Poemas de José Javier Sánchez

Sábado en el barrio
a la comunidad del barrio Las Torres
El mundo abre mis ojos con la rumba
Las calles de mi barrio son escena
Algunos salen tempranito a hacer mercado
Otros llegan del bonche olorosos a fiesta
Sale el sol y llegan los colores
Las calles son barridas por las queridas viejas
que borran con su escoba las huellas de la noche
colillas de cigarro, fragmentos de botellas,
chapas multicolores pero la esencia queda
Las cornetas de un viejo 3 en 1
Sobresalen por una antigua ventana
y de una casa sale agua jabonosa
que perfuma el viejo callejón
Llegan los ancianos cargados de esperanza
con carretillas repletas de cajas de cerveza
que animaran la tarde y encenderán la noche
en un festival que cada instante empieza
Las señoras
descienden la loma en sus carrozas de dos ruedas
llevadas por sus príncipes van hacia los mercados, las licorerías, los bazares
para llenar los ranchos de esperanza
Los abuelos preparan las verduras
Y los jóvenes acomodan la mesa para los dominóes
La cancha está repleta de todos los niñitos que apuestan la esperanza ante un
balón y un aro
Ha llegado el gran combo a pasar un verano
En las grandes barriadas así como en new york.
El viejo Ricardo saca sus congas para el porche,
y el pana cocolía afina sus timbales
seguro que habrá rumba otro día comienza
dicen que Pabloco y Sanoja llegarán un poco tarde
pero para la rumba y la vida siempre será temprano
también para otra pieza
para cambiar el disco
variar las melodias
ligaremos los tragos
todos haremos coro
a Héctor y a Maelo
llenaremos la sala de las hermanas compota
para iniciar otra fiesta
de nuevo se los juro
bailaré hasta el cansancio.
Es sábado en el barrio.
El barrio está de fiesta.

***

Cuando vengas a buscarme esta noche
hallarás las gavetas vacías y los ganchos desnudos mostrando su esqueleto
me llevaré tu foto para que tu ausencia no entretenga mi nueva vida
mudaré mis camisas a la casa de mi madre
De seguro florecerá naftalina en sus bordados
Mis discos te los dejo
y la computadora
Por suerte aún existen los cuadernos.
Los Libros que han sido nuestros
resguárdalos
Pero deja de buscarme entre líneas
no me hallarás.
no te Buscaré.
Un trago de licor barato
me hará engullir este momento
Y un bosque de flores silvestres
demarcará nuestra nueva distancia.

***

Pero llegó la luz
a los alcohólicos que tomaron las plazas por asalto
Alguna vez creí en los acantilados
me sentí eternamente satisfecho por mis odres
fui pederasta, paria, ateo,
soñé con la belleza del gamelote
Amé los charcos
los orinales y la lástima
Rogué a dios que se apiadaran de mí los transeúntes
que sintieran pena
que yo no era nada
despotriqué de dios y sus imágenes
defequé sobre los testimonios calvinistas
vi en Jesús a otro más de la plaza de harapientos
Renegué de mis padres y sentí pena por mis abuelos
vi en el suicidio un boleto hacia el futuro
Adoré a las prostitutas en silencio
Mis ídolos fueron los alcohólicos de la vieja cantina
Coleccioné las miserias de mis amigos en sucias servilletas
Soñé con niñas lindas de cabellos claros, rizados y de mentes huecas
Estudiar era lo más estúpido del mundo
hacerse un título un capricho burgués
Ser intelectual era como ser medio marico
Escribir poesía un acto feminista
Un cuchillo oxidado era el poder
Una nueve milímetros el imperialismo
Consumir bazuco la etiqueta social
Pero llegó la luz
El entendimiento
El saber
Y avancé con lápiz y papel a redescubrirme
con una camisa vieja pero limpia
con un Blue Jean desgastado y con filos
con el rostro enjabonado y enjuagado por el jabón azul y el agua
Me levanté para demostrarle al mundo
que no seré mas nunca su carne de cañón
Y aquí voy a escribir esas verdades
y a vomitarme en la moral neocolonial
que me acusa de pobre por vivir en el barrio
de hombre peligroso por ser extrovertido
de sucio y de curtido por lavar mi franela cada semana
Que se atreve a etiquetarme de mísero porque a veces mis zapatos agujeran su
suela para besar el piso de esta tierra de dios, de mí, de todos

***

Balada de los gatos
a mi mamá, Carmen “La Niña” Sánchez
Sobre los techos de zinc de la barriada
Gatos callejeros y amparados
Erigen bulevares a luz de luna
Madrugada
que los une entre maullidos
llantos neonatos e infinitas batallas
bajo estrellas calidas que hacen techo a sus notas.
Es un goce perpetuo.
Amantes tolerados per se, perfectos
Beben un tragó de rocío
se embriagan con prestancia
se hacen el amor
en medio de conversas ebrias que se elevan desde la calle
Abajo
En una esquina un puñal se apodera del mendrugo
y en las escalinatas se fuma la pipa de paz de los sesenta
Cualquiera ofrece tres rones, dos serenatas y un domino
festín de las cervezas
sobre un hule envejecido
por gritos
por piedras
por trampas
por afrentas.
Lenguaje nocturno…
Con las primeras horas del Alba
Alguien marchará a otras latitudes
Reinventará la ciudad desde sus sueños
Atrapados por Directv y su Disneylandia
una respuesta acertada al llanto de sus padres
Comprará un nuevo champú, un jabón de tocador,
Un carro del año.
Con dieta de arroz y pasta vermicelli
Pero esta calle no cede
no envejece entre serenatas y muchachos
Que hablan mil dialectos
Aunque una sola lengua
Alguien se quedará
Podrá graduarse de químico o abogado
O tal vez se haga músico o lo hagan obrero
Fundando un castillo sobre las ruinas
Se seguirán haciendo novenarios, verbenas
Morirá algún varón asesinado, otros de viejo
Un niño no nacerá y se erigirá un panteón en el container
La muerte tocara algunas puertas
Pero seguiremos siendo felices
Nos embriagaremos después de los juegos de softball y bolas criollas
Felices aunque se pierda por nocaut
Vendrán elecciones, pestes, deslaves
Pero no la tristeza entre nosotros.
Siempre felices.
Una sonrisa emergerá de cualquier sombra como el yin yang.
Si algún día esta de vuelta Abajo
por nostalgia o derrota
la calle no le negará el albergue
Por humilde o arrogante que haya sido
Ella siempre espera
al igual que los gatos
Que deambulan entrada la noche por sus bulevares.
Allá en las alturas
Sobre los techos

***

Ayer mi padre tocó a mi puerta
Mi padre se había perdido en los tiempos y al abrirle la puerta
no reconocí su rostro
Pude percibir el olor de mi madre que aún guardaba en su camisa
Pero no era de confiar
Siempre lo dibujé parecido a mi padrastro
Ojos claros, impecable
Pero era más rechoncho y joven
La alegría se le había quedado en los caminos
Un bronceado de callejones y madrugadas adornaba su esencia
Noté sus desordenes
Y me entendí mejor
Mi padre traía puesto un gabán ocre curtido por los días
Y sacó de sus bolsillos dos piedras, una chapa y un papel doblado que me pidió
que abriera cuando se marchara
Y no se qué quiso decir con eso
Solo se marchan los que alguna vez han estado
Y era primera vez que lo veía
Mi padre no expresaba ni rabia ni alegría en la mirada
Parecía estar oculto tras las frutas y botellas de cualquier bodegón ingenuo
El era la nada, el olvido, lo huidizo
Y yo no tenía tiempo de atraparlo en un sueño
En una sonrisa
Mi padre me pidió un cigarrillo
Y le ofrecí una cajetilla, fósforos y un boleto de autobús
No quise acompañarlo
No tenia que despedirme de lo que nunca estuvo
Mi padre se fue caminando por sus laberintos
No nos abrazamos, no sonreímos
No teníamos nada que recordar
Yo cerré la puerta y me serví un trago de cualquier Whisky Ingles
En un sorbo calmé mi angustia.
Observaba un cuadro de payasos ebrios que adornaba mi sala
Mientras él desaparecía nuevamente a mis espaldas

***

Ella me dice.
Ella me dijo
hazte mi novio y yo lo hice
y me enamoré de sus ojos chiquiticos y su cadera enorme
y empecé a cabalgar por los reinos de Zeus.
Ella me dijo
cásate ahora que es Navidad y hay aguinaldos
y yo me casé y me gasté hasta los villancicos
y entre hallacas y gaitas
elevamos nuestro espíritu al reino de los cielos.
Ella me dijo
deja ya de escribir y hazte empresario
tú estarás mejor con tu bolsillo
y yo con mis pequeños gastos.
Entonces quemé todos mis manuscritos
y me metí en el negocio de seguros
trabajé día y noche
noche y día
y conseguí ganar dos sueldos mínimos,
una úlcera
y mucho más
que pocas canas.
Ella me dijo
tú ya no me atiendes
me voy a casa de mis padres
o de mi prima en Francia.
Y yo lloré; me arrastré por todos los rincones
mientras ella volaba hacia otro continente.
Ella me dijo, hoy,
después de varios meses,
en París no hay empleo,
extraño tu perfume, extraño tu sonrisa y todos tus poemas
mis ojos la vieron como hace tiempo atrás.
Ella me dijo
ven, volvamos.
lo que ella aún no sabe
es que descubrí una esquina
donde la brisa me acaricia y respiro mejor;
han desaparecido esas antiguas canas;
y escribo, leo, sonrío y algunas veces lloro
y he conseguido a un ser con quien decirme cosas.
Ella me dice.

***

Algunas veces
Dios me juega al escondite.
Se me oculta en las cuevas de la decepción
quiero buscarlo con lágrimas en los ojos y con mis labios
[incrustados en mis dientes.
Pero simplemente es un juego
tarde o temprano lo encuentro y al verle el rostro descubro en
[sus ojos mi cara reflejada
lo abrazo, seco sus lágrimas y le digo que no huya
que yo estaré allí para acompañarlo.

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