literatura venezolana

de hoy y de siempre

Poemas de JM Villarroel París

Dancing Stadium Bar

a la familia Pérez Sánchez

En la mediagua el día de los días
traerá al solar sus almendrones

Sobre el friso del tiempo colgada vieja estampa
de muertos que sonríen
Cementerio donde festejan

Mesoneros doblando parabanes de aires
Músicos procurando trompetas y sordinas

Hombres y mujeres dormidos al son de un Fox
dejan caer bostezos sobre el bosque

Dancing Stadium Bar Bahareque
Los cotejos retozan alegrías de espejos

Bar que recorre la lengua
como luna menguada asomada en El Morro

Fuiste la ciudad en un baile de máscaras
Y en las ceremonias manteles y vajillas de los Pérez

El Dancing o la juerga de los vermouth danzantes
Y el vino con toda su alegría cristales de Bohemia

En el Stadium Bar se asomó el Siglo XX
Con su cuchillería de verduras y aves

***

Chaguaramas

a Ramón Belisario

La vacada pasea la carretera negra

y en las calles del pueblo la bosta perfuma
un canto lejano en el ordeño

En la plaza los locos reposan sus ideas

y las gallinas se sacuden la tierra

debajo de las trojas

Un recuerdo de aguas caídas

se vislumbra en el cuadro Belisario

Y el ron con su hechizo

rompe la palabra que afila su cuchillo
en un contrapunteo de fogatas.

Allá están las palmeras

batiendo sus pencas guacharacas

En Chaguaramas las casas se estiran

Como un bostezo sobre sus adobes

y las cabras lamen el orín de perros callejeros

Esta tierra dejó arena y viento
Un campo verde de color ladrillo
espiga el Sorgo madurado al sol
La tonada nos acerca al aroma

Sabor de fogones en las madrugadas
del café

***

Pola

a Petra Aurora Malpica de Arocha

Tu nombre está en el campo de ciruelas

vistiéndose el domingo con aires de campanas

Un recuerdo de madrigales traen los pájaros
estacionados en los árboles del patio

La vida corre por la piel su gran silencio
Y en tu vientre lustral anidaron gorriones

Egilda permanece en el trono de tu voz
espantando gallos que espuelean fantasmas
de historias familiares

Tu nombre al repetirse como un eco
nos entrega el olor de las guayabas
cultivadas por Lino en la luz de los campos

Todo tu nombre pervive en la memoria
de viejas empalizadas y casa encaladas
El mismo paisaje que te entregó el amor
con el vuelo de abejas invernales.

***

Nagasaki

a Gustavo Contreras

Agosto es un hongo alado y resurrecto
Nagasaki la hora japonesa en su reloj de sol
Hablo en pasado en presente tardío
Veo la historia un filme y el resplandor trasciende
desde la lengua un sabor agridulce
Nagasaki el resplandor devanó tu nobleza
No eres el mismo puerto ni tus peces….
Todo está envenenado

Ese mar rojo verde gris azulado
Desemboca en el mar de los muertos
y se torna cementerio orbitante

La boca que en ese instante besó
Quedó partida como una pomarrosa
Y las estaciones en el reloj de sol
Fueron desalojadas por el tiempo
Nagasaki los salmones no volverán
sobre los estantes de madera
Veremos revolotear gaviotas
como un canto de despedida a la arrasada ciudad

El hombre no existirá

La risa jadeante sepultura de este espacio
Convertida en incendio

Visión del universo en el año dos mil
La piel cayó desde sus huesos
al vértice del hongo luna de agosto

Y todas las rosas dejaron sus pétalos
a la resaca de una lluvia de muerte

Murió el Amor Nagasaki el Amor
Toda aquella hecatombe calculada
desde las nubes del crepúsculo anterior

Un círculo de cenizas emigró con los pájaros
hasta la rendición

Fue la advertencia para millones de seres
desencajados del Planeta Tierra.

En un solo momento desde un botón aéreo
-Así como quien deja caer una rosa en el jardín vecino-
las pagodas quedaron solas mudas acribilladas
Los parques los jardines en flor la nieve

Fue el asombro proscrito por el crimen

el que llegó a dudar que en un instante
se diera tantas muertes

Sepultados quedaron tus días Nagasaki
Refugio de cristianos

Sepultadas las horas de arqueros a caballos

Ahora vuelan las máquinas
de las Mil y Una Noches en salones de juegos otoñales
es la advertencia del poder destructivo
Una hilera de cruces hiere la mirada del hombre
Es la advertencia Nagasaki
de esta gran podredumbre Aro de fuego
que estallará sus ácidos sobre el propio
corazón de Occidente

***

Cantabile

a Milagros Font

Peino el cabello de la reina de Java

sobre la cama del reservado en la calle Maitín
Ha venido de muy lejos

con sus ojos de oso mielero

Estaba acostumbrada al Monzón

que bate las palmeras

su nombre una cacofonía

entre altos cocoteros y conchas marinas
Para soñarla

el sol buscó su cuerpo entre los juncos
La lluvia acarició su piel -vuelo de pájaro-
picoteando sus senos y sus labios

Era como un temblor en la malaria

Hablamos sobre las plumas de avestruz

que taparon su desnudez en un dancing del Sur

La cama es blanda como un pozo de nubes

y su cuello gime un canto en el bambú a lo desconocido

Me atraen las mujeres

que tienen nombres de continentes

de naciones de países de ciudades

Al poseerlas

la sangre como la lava rompe fronteras

y la carne se abre coloquial rosa del tiempo

***

En casa

para Haydeé

En casa
Los loros

viven sin prisa

Un girasol

doma formas antiguas
Una porción de masa

Un almendrón

Un beso sobre el pico

La ternura
refugiada en los ojos de Chang
lame el verano

En casa

los animales descansan
después de una noche
persiguiendo a la luna

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