Creo firmemente
en la Luz
la que nunca nos deja
aquella que se refleja
en los cristales acuosos
del llanto con el que se miran
las filigranas de nubes
en las noches más oscuras
creo que ella
salta los linderos de la desesperanza
y corre
corre lejos del país del desatino
donde la demencia colectiva
insiste en trazar mapas
en delinear fronteras sobre las aguas
Por cuanto intangible y cierta
su naturaleza absoluta
es el cosmos infinito del alma
Creo
en su porfiada esencia libre
en la inminente capacidad
que tiene de caer
redonda como las cosas ciertas
oblicua y perpenticularmente
sobre la tozudez humana
hasta dejarla muda
de tanta hermosa locura
Aquello que
los vigilantes de las tinieblas
insisten en llamar
concienzuda razón del orden de las cosas
no son más
que inútiles cárceles
para el resplandor
que solo tienen las almas auténticas
viajeras expertas
entre los barrotes
y las grietas
y los puños apretados
El credo de Vida
es fecundo manifiesto
donde todo tiempo es perfecto
Fuera de las murallas
de la ciudad de la noche
de las calles del desconsuelo
de las tierras del fango
más allá de los párpados caídos
de los ángulos obtusos
de los músculos rígidos
del abismo de sueños
ilumina sin enceguecer
la escrupulosa verdad que siempre es
Yo creo que la Luz
nunca nos deja
nos basta solo habitar en ella
confiadamente desnudos
sin temor alguno a los desengaños
***
La desnudez del árbol
es una luz daga
que enceguece
la tierra ocre durmiente
Destila humedad
Cuela neblina de madera
Se insinúa muda
cual silueta murmurada
al oído blanco del aire
Acalla
el escándalo cromático
de Inti
Por eso
te pido
que extiendas
tus innumerables primaveras
Tú
que me conoces
desde esas zonas abstractas
de ramas laberínticas
donde se anida el rocío
como lágrimas de la madrugada
sujétame que tengo frío
Desnuda como el árbol
dejo pasar la luz
para que nos envuelva
y nos arranque de la oscuridad
que acecha
Porque en ti
es la vida de la tierra fértil
donde mis raíces demoran
Es allí
el árbol vestido
***
I
Hay una mudez sonora en todos los silencios
son piedras rodando por las montañas del desconcierto
son el aletear de mariposas que corta el viento de los pensamientos
son olas que se acuestan en la playa del llanto
son las huellas de esa playa y el mismo llanto en espuma
son el tren de una mirada que se pierde
en la lejanía del paisaje del alma atravesando expedita
los objetos del amor en flor
como colinas
los objetos del desamor
como túneles infinitos
II
Habla el espejo mudo
dice solo nubes de mí
soy intangible reflejo
un pez
III
El abrazo que llega desde lejos
trae consigo el aire llega y no dice nada
se abandona completamente
a quien lo está esperando
lo llena de cielo
IV
En los labios cerrados
en su centro palpitante
habita la posibilidad
de romperlo todo
de caminar descalzo
la palabra habita
en una sala de espera
V
La ausencia
respira
VI
Se escucha en las costas
el trueno del mar la mordaza desatada las cadenas rotas
la libertad que abre de golpe sus puertas
el canto el mismo canto
***
Uno de mis pasatiempos favoritos es mirar el mundo
escudriñar los corazones
tratando de entender
el cambio que el pasar del tiempo imprime en las miradas
Observo con detenimiento a las personas
sentadas en el tren
en el café
en los bancos de plaza
que caminan
Sucumbo ante la embriaguez de ciertas nostalgias que traspasan los párpados
de ciertas durezas en el gesto del rostro
de algunos hombros encorvados
del espíritu grave de «la gravedad»
Suelo inventar historias y cruzar destinos
Puedo así permitir que suceda
que ella ría de nuevo
que él la ame
que tengan hijos
que se encuentren y se conozcan en todas sus dimensiones
que se perdonen
que ella le hable
que él la escuche
que ellos vuelvan a ser o a estar
que ellos vayan a donde quieran
que ella grite
que él la sostenga
Otras historias
en cambio
son una suma de instantes vacíos blancos
de verdadero miedo
de sudor frío desde la sien hasta el infinito
absurdos como todo terror
Es allí donde se manifiesta
el poder de tu sonrisa sobre mí
devolviéndome todos los colores que se me van gastando
mientras
observo el mundo
Vivo esta vida
invento historias
escribo poesía
entretejo destinos
***
Donde está el cielo
Que te dejes quieta
que te sueltes las manos aves
que respires del aire del vuelo
Que no te golpees el recuerdo
ni te trates mal
por hacer olvidando
por errar en el hacer
Que ya está bueno
de doblar tus sueños
pañuelos
que rebosan tus bolsillos
Que te quites los zapatos
que te aprietan los pies
que te los dejan
huérfanos de pasos
pasos sin caminos ni huellas
Que te arranques de la piel
las sin-palabras
Que el cielo no está lejos
ni tan alto ni arriba
que te envuelve
***
Travesía
Navego en tus ojos océano
me dirijo hacia tu corazón-centro-de-la-tierra
Permíteme que te diga
que aunque el reloj indique que ya es mañana
yo continuaré mi travesía
Surco tu frente con besos de luna
dejándote una estela de azúcar y saliva
Sobre tus músculos tensos
echo mi ancla
para que me mezan tus ondas
Son tus hombros mis velas
suelto mis amarras
tengo el viento a mi favor
Tu respiración marina agitada
es ráfaga salada que traspasa mi piel
y perfuma mis profundidades
Náufraga
grito
¡Tierra!
me lanzo a tus aguas
me arrastro hasta tu orilla