Agua II
En un Norte a los ojos,
Modelando aspiraciones,
Con la pubertad curiosa
En jardín de reja y grama,
Y Trigales de candados,
Corría a chorros por horas
Mojando a la apariencia
Saciando a vanidades
Y poco a poco se entendía
que es grave cosa
la propiedad:
Privada por despojada
No al ser dueña particular
Así de propiedad
Así de privada
Así de particular la que va
Cayendo sobre motores
Una fila de camiones
Cisternas junto al club
De canchas y Piscinas
Una cola de cisternas
porque
El círculo de un ciclo
Animado por el sol
Filtrado por el aire y la tierra
No cierra sobre todos
Por igual, disque iguales
Por igual, disque hermanos
Por igual, entre libres
Cerrando el arco de la vuelta
En el momento en que el ser se hace
Mercancía:
hasta la vida
es
mercancía
Porque lo que la sostiene
También se compra.
También se vende.
Y por eso
El círculo y vuelta del agua
Es rueda de privilegio
No cae a todos por igual
***
Repuesto del IV arcano
A Carlos Osorio G.
No necesitaba que le informasen de nadie, pues él conocía muy bien el interior del hombre. Juan 2:25
…ellos no lo saben, pero lo hacen K. Marx
El revés del Arte,
la parte de atrás del lienzo,
el interior de una escultura,
la inversión de silencio por sonido en el canto,
el vacío que hace cuenco del vaso:
allí es donde vivimos la Mayoría.
Sea por ejemplo
que un mago dibuja a un hijo del Hombre
en la parte de atrás del escudo que reposa en el piso,
Junto al trono del perdido Poder terrenal,
Sobre la cabeza del águila,
Saludando y celebrando a la Vida.
No es que ese fuese un designio sino más bien
la adivinación de los pasos de quien
fue puesto a mirar en sentido
contrario hacia donde avanza la Fuerza
que domina a las células de la Materia,
y que impone orden y orientación.
Mira desde allí volteado a todos los tejidos que
doblados o doblegados sirven de peldaños
a los órganos ascendentes que respiran al
afirmar y negar, discutir. Y actuar.
Con todas las voluntades que han cedido se erige un Sistema
que su Fuerza consiste en lo que las iguala entre sí.
Mas desde allí de espaldas a la Justicia
las sombras que cetro y corona proyectan sobre
la respiración descendente de un cuerpo fluido
ocultan las formas de azar de una partícula creativa,
los accidentes de un ser que habita una habitación cuadrada y que inventa
de acuerdo a la solidez y demás virtudes circulares de los Elementos.
Por grande y poderosa es oculta y cifrada
la ciencia de la Verdad, que entra al movimiento
y con las manos de artesano revela no pocas leyes que lo gobiernan,
aunque solos tan solo podamos verle una sola cara,
aunque tan solo solos se le viva como a una guerra sagrada:
un Universo que no se cierra, que no tiene reversos.
***
Atroz
Es un objeto en el tope del mueble
Que en el entorno desentonó
Sin brillo, color o contenido
Que muestre que ese es su puesto
No bebe, ni come deleites
Que fuesen de digno registro
Sin cuenco, filo o puntero
Que indique duro y violento
el uso del tiesto
Dudoso y molesto
Sordo concepto
Negro en sustento
No es útil
No es bueno
Ni bello
Quiebre de dientes
Ojos perdidos
Todos renuentes le rinden un culto
Secreto
Miedoso
Ninguno puede tenerlo
Ninguno puede no oírlo
***
Bautismo
Decir que ya se fue
ausente el
padre que cuida y encausa
niega la fuerza
de su palabra:
Ser tierra fecunda
Semilla que muere.
Y agua.
Se ve más bien
Su muerte en la de San Juan:
Tan grande el pariente que restaura
Para señalar y enderezar
A la vida que se ha de sembrar
Tras la guerra
Que hace de la carne
La casa del desbalance:
Cruz de madera
La séptima Palabra que alimenta.
***
Dos formas mercantiles de la lástima
Del hombre que ha venido a pedir
por la salud de su madre
me han dicho que es huérfano.
Ha venido para cambiar
un poco de caridad terrenal
un paso en el tránsito al cielo
unas cuantas monedas
un miedo, compasión o credulidad.
Ha venido sin la caricia
de un alimento para el hábito del cuerpo,
caramelos quizás.
Ha venido más bien con un relato
de la imaginación de quien
no tiene otro trabajo.
Pienso un poco en la capacidad de conmover
la aguda creatividad
la catarsis
un morbo estructurado, dosificado.
Cuánta lástima da ya no el periplo que narra
sino verlo allí de pie espeso
encorvándose lentamente
supurando cada palabra amarillenta
que drena y arruga su cara
y plaga sus sienes de canas.