literatura venezolana

de hoy y de siempre

Pavlov

Gustavo Ott

PERSONAJES:

MAURICIO

PACO

EDUARDO

AMADA DE LA NOCHE

PILI / MADRE / CONSUELO / MUJER

PRIMERA PARTE

12 horas después del crimen

Ruido de una radio en la cual se busca una emisora.

Noticias, jazz, música clásica, salsa, declaraciones, publicidad, noticias, deportes, noticias, deportes, jazz, gente que ríe, un grito, interferencia, noticias, programa en inglés, música clásica, rock duro, risas, una soprano, noticias, voz seductora, un coro de niños, rock pop, voces, interferencias, publicidad, noticias. Finalmente, una emisora. Entonces se ilumina la estación de radio, a la izquierda. Amada está sentada frente a los micrófonos. Alguien cuelga un teléfono: Click! Todos los personajes aparecen detrás de Amada.

AMADA: (sin voltear) Yo… ¿por qué yo?, ¿por qué a mí?

TODOS: Necesito matarte.

(Todos los personajes sacan un puñal reluciente, lo levantan. Suena el teléfono. Oscuro. Se oyen voces de Mauricio y Paco.)

MAURICIO: Eso es todo lo que le puedo decir

PACO No. Me vas a decir mucho más.

MAURICIO: No sé nada.

PACO: Sí sabías. Señorita, por favor, sírvale un poco de agua.

(Luces. Oficina de policía. Paco camina de un lado para otro. Mauricio, sentado, esposado, frente al público. Aparece Pili, le da un vaso de agua, y se sienta frente al escritorio. Acomoda su máquina de escribir.

PACO: Quiero oírte hablar. ¿Cómo te llamas?

MAURICIO: Mauricio

PILI: Lo mismo dijo cuando lo encontramos merodeando en la estación de radio.

PACO: Contestaste inmediatamente que te llamabas «Mauricio». Y yo buscaba a un Mauricio ¿No te parece una coincidencia?

MAURICIO: Hay muchos Mauricio en el Mundo.

PACO: Es verdad, pero este Mauricio lo encontramos en el lugar del crimen.

MAURICIO: Eso no quiere decir que yo…

PACO: ¿Qué hacías allí? ¿Robar?

MAURICIO: No soy un ladrón

PACO: Un asesino entonces?

MAURICIO: !No soy asesino!

PACO: No, el asesino soy yo. Soy yo quien hace llamadas para amenazar a los locutores que no me gustan. Yo no soy un policía. ¿No? Esto es un disfraz. (Levanta a Mauricio. Muy rudo) ¿Verdad, Mauricio? ¿Verdad que yo soy el asesino y tú no?

MAURICIO: Yo no soy un…

(PACO lo golpea. Mauricio cae)

PACO: Te he dicho que el asesino soy yo!. Soy un héroe. Soy un ángel y antes de salir de mi casa llevo escrito en mi mano el nombre de mi víctima. ¿Por placer? ¿Por qué lo hiciste muchacho? ¿Por qué lo mataste?

MAURICIO: Yo no!

(Mas golpes sobre MAURICIO)

PACO: ¡Tú no! ¡Yo! ¡Yo! ¡Yo! (Mauricio contra el suelo) Y te voy a decir porqué. Porque el mundo es una mierda. ¿No es así?

MAURICIO: …el mundo es una mierda…

PACO: Así que voy y le quito la vida a todo aquel que se me atraviese en el camino. ¿Sí? (Lo mira. Lo amenaza) Piensa bien lo que vas a decir.

MAURICIO:(Asustado) Si.

(Paco lo suelta. Enciende un cigarrillo)

PACO: Muy bien, señorita. Que el detenido firme la confesión y nos vamos todos a cenar. Tengo hambre.

(Pili se acerca a Mauricio con un papel)

PILI: Firma aquí.

MAURICIO (No lo hace): Yo… quiero decir algo…

PILI Es mejor que firmes. Y todo termina.

MAURICIO: Debo decir antes.., que…

PILI ¿Sí?

MAURICIO:Yo…es decir… no he confesado nada.

PILI Mauricio yo creo que en vista…

PACO: ¿Qué dijo?

MAURICIO: Que yo no…

PACO: ¿Sí?

MAURICIO: Que yo no fui.

PACO: ¿No fuiste tú?

PILI El detenido…

MAURICIO: Yo no lo hice…

PACO: ¿Qué me estás diciendo? ¿Qué quieres decir, héroe?

MAURICIO: Yo no he sido.

PACO: Sí. Pero,  ¿qué quieres decir?

MAURICIO: Que…yo…es decir… yo no tu…

PACO: ¿No fuiste tú?

MAURICIO: No soy culpable.

(Toma a Mauricio fuertemente y lo pega contra la pared)

PACO: Bonitas palabras. Pero, ¿me puedes decir algo? (Ahorcándolo) ¿Si no fuiste tú? ¿Quién coño fue?

MAURICIO: ¡Yo no sé! (PACO lo tira contra el suelo) Ha podido matarla cualquiera. Esa gente de la radio tiene muchos enemigos. Ud. sabe.

PACO: No, no sé.

MAURICIO: Esposos celosos, amantes, homosexuales, la droga. Hay mucho infeliz en la radio.

PILI Creo que dice la verdad.

PACO: (A Pili) ¿Pedí tu opinión?

PILI No. pero pienso que…

PACO: ¿Te gusta’?

PILI: ¿Quién?

PACO: ¿Te gusta él?

PILI ¡No!

PACO: ¿Es amigo tuyo? ¿Lo conoces?

PILI No…

PACO: Entonces no molestes ¿sí? No te hagas la mártir. No te preocupes. Si no lo conoces, no te preocupes. No te metas en problemas. No es asunto tuyo. ¿Sí?

PILI Disculpa.

PACO: Piensa en ti siempre. Sólo en ti. Olvídate de los demás. Es la mejor manera de mantenerse vivo. Olvida la piedad. Olvida a este asesino. Si lo defiendes y sale vivo, mañana te buscará. te violará y te cortará el cuello en dos. ¿Verdad, Mauricio? ¿Verdad que eso le harías a la señorita si te dejamos salir?

MAURICIO: No, no lo haría

PACO: No le rajarías el cuello a la Señorita Pili?

MAURICIO: No soy un…

PACO: No eres un asesino. Entonces ¿qué eres? ¿Un sacerdote?

MAURICIO: Soy cristiano

PACO: Eres cristiano. Señorita, escriba (Pili se prepara a escribir) El señor es cristiano.

MAURICIO: Si, eso cristiano

PACO: Cristiano como Santo Pilatos

MAURICIO: Pilatos no era cristiano

PACO: (Le pega) No me corrijas, héroe. No me corrijas que me enfurecen los listos. Es lo peor que puedes hacer, dártelas de sabihondo conmigo. Si digo una cosa, así es. No tengo paciencia con tipos como tú. (Deja de pegarle. Pausa) Hace dos horas que se cometió un crimen. Estaba a punto de terminar mi guardia. Ya me iba para mi casa. A ver el partido de fútbol. A ver la tele. A divertirme. Y entonces sonó el maldito teléfono: «Una locutora asesinada. Investiga. Click!». Y aquí estoy, perdiendo el tiempo contigo. Te advierto que soy un policía que detesta su trabajo. Que si tengo que matarte para poder ver el final del segundo tiempo, lo haré. No lo dudes. Tu vida me importa un pepino. Mañana es día libre, así que no me compliques la vida. Así que por tu bien, contesta ésta pregunta lo más directamente posible: ¿Se puede saber qué hacía un cristiano como tú, con un puñal como éste? (Le coloca el puñal en el cuello) ¿Cortabas rosas?

MAURICIO: No…no me mate.

PACO: Soy un asesino cristiano y quiero matar!

MAURICIO: todavía no…no me mate…!

PILI (Deja de escribir) ¿Todavía? ¿Qué quiere decir, Inspector?

PACO: No lo escriba

MAURICIO: No me mate. Todavía no.

PILI Nadie le va a matar

MAURICIO: No soy criminal!!

PACO: ¿Y el puñal, Mauricio? ¿Qué hacías con éste puñal?

MAURICIO: Iba a matarla.

(PACO LO SUELTA)

PACO: Muy bien. Señorita escriba: «Iba a matarla»

PILI ¿»Iba» con B de burro o V de Gato?

PACO: Con «b» de tonta.

PILI !Ah, esa! (ESCRIBE)

PACO: (A MAURICIO) Y ¿Por qué ibas a matarla?

MAURICIO: ¿Cómo?

PACO: ¿Me oyes?

MAURICIO: Sí.

PACO: ¿Por qué querías matarla?

(Pausa larga)

PACO: ¿No vas a responder? ¿O tengo que hacer una cita?

MAURICIO: Bueno…yo… era… eh….

PACO: Mira, no es que me interese. Pero me lo van a preguntar:  «¿Por qué el idiota la mató? ¿Qué razones tenía?». Y si no lo sé, entonces sí, al carajo la final del campeonato nacional, porque voy a tener que inventarte un motivo y yo no soy muy bueno para inventar. No tengo imaginación. Me cuesta mucho. Así que es mejor que tú me lo digas. ¿Por qué querías matarla?

MAURICIO: Está claro. ¿No?

PACO: No, no está claro.

MAURICIO: …hay gente que merecen que la maten.

PACO: (Hacia la radio) En eso estamos de acuerdo, héroe, tú y yo. Creo que tienes razón. Hay mucha gente que merece ser apuñalada. Yo conozco unos cuantos. Una puñalada o un tiro certero en la espalda. De eso no cabe duda, héroe. Como a los porteros. Les pagan millones para que se queden en su sitio y detengan una pelota y no lo hacen. Gente así es la que merece una puñalada en la espalda, Mauricio

PILI ¿Escribo eso, inspector?

PACO: ¡No sea imbécil, Pilí! No escriba nada.

PILI (Borrando lo hecho)  Lo siento.

PILI (Molesto apaga la radio). A ver Ángel. ¿Por qué matar a una locutora de radio y no a un portero que no está en su sitio?

MAURICIO: Ese locutora era una lacra y una gusana.

PACO: ¿Qué te hizo?

MAURICIO: (Tartamudea) Ella…yo estaba con mi madre., entonces… ella habló de la comida y yo no tenía hambre. Luego…con lo del sueño de volar. Mi madre entonces dijo que no regresara tarde.

(Pausa. Pili deja de escribir. Lo miran)

PACO: ¿Qué tiene que ver la locutora con tu madre?

MAURICIO: ¿Qué tiene que ver?

PACO: Si. ¿Qué tiene que ver?

MAURICIO: Ah!, nada. No tienen nada que ver. No se conocen.

PACO: (Enciende otro cigarrillo) Entonces, no entiendo.

MAURICIO: Es muy simple. (Mauricio se sube a la silla. Paco saca su arma y le apunta. Pili deja de escribir) Yo sueño con volar. A mí me gusta soñar con que tengo alas y que puedo elevarme por encima de las casas y los edificios y bordear las nubes más altas. Sueño que puedo ver a mis amigos desde lo alto y los veo como hormigas, haciendo todas lo mismo, indiferentes, al mismo tiempo. Y mientras tanto yo vuelo, me cruzo con pájaros y hasta con aviones. Yo los puedo ver, pero ellos no me pueden ver a mí.

(Pili intenta volar también)

PACO: ¿Quieres hacerte el loco?

MAURICIO: No…

PACO: Debo advertirte que ese truco es…

MAURICIO: ¿No me entiende?

PACO: Pues no.

MAURICIO: Siempre he creído que soñamos con volar porque somos divinos. Porque somos hijos de Dios.

PACO: Ajá. ¿Y a qué viene todo ese cuento?

MAURICIO: A que…

PACO: ¿Me crees idiota?

MAURICIO: No, oficial. Por favor…

PACO: (Lo golpea fuerte. Mauricio cae al suelo de nuevo) Entonces dime una cosa: ¿Mataste a la locutora porque sueñas con volar, pedazo de imbécil?

MAURICIO: Ella era uno de esas que…que…

PACO: A esta hora ya han debido marcar otro gol. Y yo perdiendo mi tiempo contigo. ¿No te da lástima. Mauricio? ¿Que un hombre como yo tenga que perderse el partido sólo porque tiene que estar con un loco como tú?

(Esta vez lo ha golpeado muy duro)

PILI Inspector!!

PACO: (Se detiene. pausa. ayuda a levantar a Mauricio) Mira: Yo no soy malo. Lo que sucede es que tengo hambre.

MAURICIO: Entiendo.

PACO: (Amigable) Muy bien. Me gusta que la gente me entienda. Muy pocos pueden hacerlo. Muy pocos. Así que mira, vamos hacer una cosa. Voy a ser totalmente franco contigo: Detrás de ese espejo hay un hombre. ¿Sabías que el espejo es realmente una ventana? (Mauricio asiente). Sí, todo el mundo lo sabe. No sé para qué coño lo tenemos en secreto si todo el mundo lo sabe. Es que el cine nos tiene jodidos. (El inspector mira a Pili. Esta deja de escribir y vuelve a borrar la última frase)

Muy bien. Te decía que detrás de esa ventana hay un hombre. Un testigo. El quiere oír tu historia porque no está seguro. Así que comienza a contármelo todo, desde que entraste a la estación.

MAURICIO: (Incómodo) ¿Podría darme un cigarrillo?

(Paco se lo da. Mauricio lo enciende, luego de una pausa).

MAURICIO: Cuando entré, ella ya estaba allí.

PACO: ¿Quién?

MAURICIO: La locutora

PACO: Sigue

MAURICIO: Tenía mucho miedo

PACO: ¿Quién?

MAURICIO: Ella.

PACO: ¿Y tú?

MAURICIO: Yo no.

PACO: Sigue.

MAURICIO: …al verla pensé: «Vamos, Mauricio, mátala ya»… Pero luego recapacité y me dije: «No, no seas idiota. Esa mujer es una lacra. Recuerda lo que dice. Recuerda que merece algo más. Merece que la tomes por el cuello y la cortes en tiritas. Merece que le quiebres los senos y que le hagas rezar para que pida perdón al Altísimo por todos sus pecados». Porque en este mundo de mierda todos somos humanos y nadie debe decirle a otro lo que debe hacer con su vida, porque Dios nos ha dado libertad de elección.

¿No lo cree así, inspector?

PACO: Si. Cada quien hace lo que quiere(Dictándole a Pili … Con premeditación y alevosía.

MAURICIO: (Fuma) Con premeditación y alevosía. Eso es. Nadie puede elegirse Dios a sí mismo. « No creerás en falsos Dioses». Ese es uno de los mandamientos. ¿Sabía?

PACO: Sí, claro. Continúa.

MAURICIO: Cuando la vi allí, sentada, muerta de miedo, pensé que mucha gente quería hacer lo que yo iba a hacer.

Pensé que son muchos los que andan por ahí, con su puñal bajo el brazo, esperando que alguien prohiba volar.

PACO: ¿la locutora te dijo que no volaras?

MAURICIO: No, no, no exactamente. No a mí. Yo no dudo sobre mi. Estoy muy seguro de mí mismo. Pero los demás… hay muchas personas en esta ciudad que miran hacia el cielo y además lo buscan. ¿Entiende?

PACO: No, pero no importa. Continúa.

MAURICIO: ¿No me entiende?

PACO: Cada loco con su tema.

MAURICIO: Yo no estoy loco.

PACO: No, el loco soy yo. Me gusta volar y en el armario tengo dos alas sintéticas con las que en las noches me lanzo a cazar murciélagos (Pausa).

PILI Señor…

PACO: No escribas esto último, por supuesto.

PILI No, claro que no. (Vuelve a borrar)

PACO: Este oficio ya no es como antes. Antes uno detenía a un sospechoso, el hombre confesaba y todo el mundo para su casa. «¿Por qué lo mataste?» «porque debía dinero; porque sopló a la policía; porque la mafia no paga con cheques». A veces, los más tontos y despistados, mataban por amor. Era así y nadie chistaba. Todo el mundo conforme. Un crimen, una causa.

Veinte años, treinta, cincuenta años de cárcel. Todos felices. Pero hoy tú -o algún otro- mata a una locutora. ¿Por qué? «porque sueño»… «porque mi madre y la comida»… «porque quería volar»… «porque me creo canario».

Si algún día alguien me mata sólo porque se cree el «Avispón Verde» entonces resucito y me vuelvo a morir. Esta ciudad está llena de locos. Y yo soy el más loco de todos los locos por estar aquí, hablando con este ángel, en vez de ver la segunda parte del fútbol.

(Toma a Mauricio, muy rudo de nuevo)

Termina tu historia. (Contra el suelo) No quiero volver a oírte hablar de volar. Estabas en la estación, tenías el puñal, la ibas a matar: ¿Qué pasó?

MAURICIO: Cuando estaba listo para matarla, llegó un hombre.

(Pili escribe. SE enciende la estación de radio. Amada, inmóvil, rodeada de teléfonos. Aparece la sombra, parecida a Eduardo)

PACO: ¿Reconocerías a ese hombre?

MAURICIO: …Sí. Se quedó unos instantes en silencio. Entonces ese hombre dijo algo que me congeló la sangre.

SOMBRA: Necesito matarte.

PACO: ¿Qué pasó entonces?

MAURICIO: La sombra sacó el puñal y…

(La sombra saca un puñal reluciente. Lo eleva. Oscuro el estudio)

PACO: ¿Entonces?

MAURICIO: ¿Entonces qué?

PACO: ¿Entonces qué hiciste?

MAURICIO: Yo…

PACO: ¿Qué hiciste?

MAURICIO: Correr.

PACO: ¿Corriste?

MAURICIO: Sí, claro.

PACO: ¿Me quieres hacer creer que un héroe como tú salió corriendo como una niña de cinco años?

MAURICIO: Estaba muerto de miedo.

PACO: (Ríe) ¡Y corriste!

MAURICIO: …corrí por mi vida. Para que no me matara a mí también.

PACO: ¡Vaya asesino que eres!

MAURICIO: Nunca me había asustado tanto.

PACO: ¿Y todo ese cuento de volar y de las madres y los canarios a dónde fue a parar?

MAURICIO: En ese momento, se me olvidó.

PACO: ¡Es increíble!

MAURICIO: Nunca había visto a un muerto

PACO: Muy bien, Mauricio. Me has conmovido. Toda tu historia es de lo más entretenida. Pero no te puedo creer. Digamos que no me da la gana de creerte.

MAURICIO: Es la verdad.

PACO: Si, pero la verdad no basta.

MAURICIO: ¿Entonces?

PACO: Entonces, entonces, entonces… entonces quiero que veas a alguien.

(Paco enciende la radio. Eduardo queda plenamente iluminado)

PACO: Te presento a Eduardo. El es el testigo. Eduardo vio a un hombre, vio cómo sacaba este puñal y cómo le quitaba la vida a la locutora

(Radio simultáneo a los textos hasta el final de la escena. Pili escribe en su teclado de manera furiosa)

(Eduardo va hacia Mauricio. Lo apuñala tres veces. Mauricio cae al suelo. Pili lo ve y grita  “está muerto”, al tiempo que la radio canta el gol. Eduardo va a escapar por la dirección de Pili.)

Oscuro

*Fuente de la imagen: https://gustavott.files.wordpress.com