Sarita Medina*
La mayoría de ustedes conoce a Fina Estampa Literaria, más, siento la necesidad de decirles quiénes somos: tres escritores de Drama, Héctor Alonso Ochoa, Narrativa, Duglas Moreno y Poesía, yo, Sarita Medina, que leemos lo que escribimos, ante un diverso y selecto grupo de personas. «Hacemos literatura para ser escuchada», cada presentación culmina con música, la del poeta de la guitarra Key Franceschi.
En el primer cuatrimestre de 2023 quisimos que, además de escucharnos, nos pudieran leer. Por eso decidimos publicar este libro: “FINA ESTAMPA LITERARIA. Poesía, Dramas y Relatos», en papel; uno de los más hermosos objetos de la humanidad. Sí, un libro en papel, uno que se pudiese tocar, que tuviese aroma y fuese acompañante. ¿Por qué físico y no digital, en este momento, el de la pantalla ligera y móvil? quizá porque pertenecemos a una generación a las que se les editaron sus palabras en ese formato.
No sé si quienes administraban los destinos del país para ese entonces, entendían que el hecho creativo es también un área de bienestar social, pero sí que financiaban y disponían recursos (los que corresponde por ley en el pasado y en la actualidad) para la concreción de proyectos editoriales.
La Asociación de Escritores de Venezuela y otras iniciativas con intención de publicación, lograban su objetivo; de esta forma publiqué tres libros con ella, y uno con el Círculo de Arte Nuevo Tramo.
Reconociendo que son otras las circunstancias, acudimos a las instancias gubernativas, a las que por el deber de garantizar calidad de vida, bienestar y felicidad a sus ciudadanos, tienen el compromiso de apoyar las propuestas culturales – artísticas, a las empresariales, cuyo sentido de responsabilidad social les convoca a contribuir con el desarrollo humano, y a las del afecto, estas últimas fueron las primeras en responder. Adicionamos a este programa de obtención de recursos para la publicación del libro, talleres de actualización en nuestras áreas de trabajo escritural. Participantes que invirtieron en tal formación, los amigos de los medios difundiendo, programas de radio completos para nosotros, las mejores reposteras y panaderas de la Ciudad: Carla Carabaño y Luisa Monasterio, generosamente a la orden con sus magníficos productos, una creadora digital, Luzmar Blanco, protectora y paciente, familiares y jefes comprensivos, ante el receso de las labores, por cumplir con las referidas al libro, amigos, vecinos, lectores, comprando lo que para ese momento era un abstracto, una media certidumbre, otros compartiendo y reenviando información, gente en la calle preguntando, diciendo palabras de motivación y reconocimiento, orando, definitivamente, del amor de Dios. Así nació la Red de Apoyo a la Literatura Cojedeña, personas que creyeron en nosotros como hacedores de belleza, y ésta, como un hecho necesario.
Los poemas de este libro, los escribí yo, aquí está desde el primer poema que me publicaron (en un periódico) y el más reciente, ese que no se lee, sino que se degusta, pues, si reúnes materialmente sus versos, puedes preparar un bocado. Aquí está la poesía que esperó mucho hacer estancia sobre la hoja en blanco del objeto rectangular que eterniza y me hará de ustedes para siempre, así de infinita es mi gratitud.