literatura venezolana

de hoy y de siempre

El fuego protector (selección)

Feb 8, 2022

Sergio Quitral

Lo que fue y lo que será

Aunque cierre las puertas de noche

entrará el infinito

los planetas cayendo del polvo de las cortinas

y la explosión de la noche en suspenso

entre las sillas

 

aunque cierre las puertas

es inútil cerrar las puertas

pasará siempre la luna acariciando

los zapatos de los vivos

 

entonces veo las tazas de mi madre

reunidas en un mueble, brillando igual que sus dientes

y espero de pie en la oscuridad

igual que sus abrigos aún la esperan en el ropero

 

y en el lavaplatos, una larga nariz de aluminio

huele la mentira de la vida

pues solo de noche la verdad se revela

mostrando lo que fue y lo que será

 

y en el eco apagado de los astros

el resplandor inquietante de sus ojos

alcanza la vitrina con tazas y platos

que una vez, fueron polvo

depositado junto a un río

 

La dueña del alquiler

La dueña del alquiler escucha

cuando cierro una puerta

oye mis sillas en su techo

moviéndose para extraños espantos

 

Así mi pasión está muerta

y mi baile de amor es tan silencioso

como mis pensamientos

 

Aquí, donde cada puerta tiene un dueño

ella es la araña del orden y el sigilo

y cuando siente mis clavos

entrar en su muro

veo su piel caer suavemente

como el polvo

que vuelve a poner en sus mejillas

 

De pronto

escucho arrastrase al viento

 

El amor

es un viento frío detrás de la casa

junto a sus perros

 

que aúllan de noche

 

El lugar de un hombre

No lo busques,

no hay lugar para  él en este reino,

donde ha sido desterrado

del cielo y de la tierra

 

No hay heredad, mujer ni paraíso

No hay lugar,

salvo estrellas distantes

 

Nunca amó demasiado,

decidió encerrarse,

vivir,  tras su fina pared

 

El lugar de un hombre

no son pueblos ni ciudades

 

No lo busques,

no hay para él árboles ni horizontes

 

El lugar de un hombre

está en su propia carne

 

y en una tierra más lejana

que otro cuerpo

 

El lugar de un hombre

puede estar

en ninguna parte

 

y sin embargo,

ser para ese hombre

 

el único lugar

 

Lo sublime y lo ordinario

El viento,

un ventilador que gira y gira

 

El fuego,

prisionero de la cocina

 

El agua,

un río silencioso

en las tuberías del baño

 

La piedra,

callada sostiene la casa

 

Donde mire, los misterios

del mundo se han extinto

 

Donde mire, nuevos dueños

del cielo y de la tierra

 

Solo la muerte brilla salvaje

solo la muerte, brillando en las nieblas

de la oscura inmensidad

 

Ante ella nada nos sostiene

ante ella, el amor

es solo, un anillo sin valor

 

en mi dedo

 

 

Los visitantes

Tengo miedo a los visitas

y a los extraños

que ocupan mi casa

y los echo rápidamente

 

sobreviene entonces

mi propia compañía

y cortinas de dolor

que han estado amarradas

caen

oscureciendo mi casa

 

y una tierra vacía y estéril

cubre mi cama

 

después de echar llave

a una puerta

 

Siempre que alguien se va

Siempre que alguien se va, hay otro que regresa

y está inmóvil mientras la noche gira con sus estrellas

 

Siempre que alguien se va, hay otro está quieto,

detenido, con el mar a las espaldas

 

alguien sale a buscar pero

otro regresa a encontrar lo perdido

 

y donde quedó el cariño habrá luego un túnel

donde hubo un cuerpo, habrá luego un viento

con ramas golpeando las ventanas

 

Alguien se va como los muertos

pero siempre hay otro que regresa, como los vivos

y escucha el rumor de la luna y sueña,

mientras cruza sobre él la lengua infinita de los astros

 

Y donde hubo amor, hay una puerta

y el largo silencio de los muebles

 

pues siempre que alguien se va

hay otro que regresa

 

a contemplar el paso de los días

y donde hubo amor ,habrá luego un vacío

y los días pasando como una caricia

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